Moto del día: Jamathi Monocasco

Moto del día: Jamathi Monocasco

La Jamathi Monocasco fue presentada en 1972, siendo a la postre el inicio para las Piovaticci italianas y las Bultaco TSS MK2 españolas.


Tiempo de lectura: 5 min.

Con cuatro victorias en el Mundial de 50 centímetros cúbicos en su haber, la Bultaco TSS MK2 50 representa un hito fundamental en la historia del motociclismo deportivo en España. No obstante, siendo justos hay que indicar cómo ésta no es, en absoluto, un diseño creado por la casa barcelonesa. Lejos de ello, las circunstancias de su llegada a España tienen que más ver con operaciones empresariales que con trabajo en las mesas de diseño. Pero vayamos por partes.

De esta manera, lo primero a tener en cuenta es la existencia del equipo Piovaticci. Fundado en Italia allá por 1973, éste fue el producto de Egidio Piovaticci y su respaldo al piloto local Eugenio Lazzarini. Con sede en la localidad de Pesaro, éste conquistó buenos resultados en el campeonato italiano gracias, entre otras cosas, a las creaciones artesanales de Lazzarini. Habilidoso mecánico además de intrépido piloto, responsable de fabricar sus propios chasis de manera artesanal. No obstante, aquello tenía unas limitaciones evidentes de cara a conquistar puestos de cabeza en el Mundial.

Por ello, de cara a la temporada de 1974 la escuadra italiana dio un paso al frente contratando a los holandeses Jan Thiel y Martin Mijwaart. Fogueados en Jamathi, estos se trasladaron hasta Italia a fin de fabricar una motocicleta tan original como competitiva: la Piovaticci 50 GP. Basada en un chasis monocasco realizado en aluminio, ésta combinaba rigidez y manejabilidad junto a una posición del piloto extremadamente aerodinámica. Además, fue la primera motocicleta del Mundial de 50 con llantas fabricadas en aleación de magnesio. Con todo ello, Lazarini logró la segunda plaza en el Mundial de aquel año, justo por detrás de Ángel Nieto con su Kreidler.

Jamathi 50 GP

Para la afición española la TSS MK2 fue la montura con la que se lograron cuatro títulos mundiales de 50 centímetros cúbicos – dos para Ángel Nieto y dos para Ricardo Tormo – pero, en su diseño, el punto de inicio para la misma fue esta Jamathi

Jamathi 50 Monocasco, el diseño que echó a andar en 1972

Paradójicamente, aquel triunfo de Piovaticci fue aparejado a su ruina. Y es que, al fin y al cabo, persiguiendo la excepción el equipo se había dejado hasta la última lira en desarrollo tecnológico y logística para las carreras. Debido a ello, a finales de la temporada anunció su fin poniendo a la venta no sólo el instrumental y las motocicletas, sino incluso los servicios de los dos diseñadores holandeses contratados durante el año anterior.

Así las cosas, en la Federación Española de Motociclismo se deseaba el regreso de Ángel Nieto a un equipo español. Algo que comulgaba con las intenciones de Bultaco a la hora de volver a competir en el motociclismo de velocidad. No obstante, en la casa catalana ya empezaban a notarse los problemas económicos que acabarían ocasionando su ruina definitiva pocos años más tarde, por lo que crear desde cero una máquina de carreras realmente competitiva se antojaba como un ideal inalcanzable.

No obstante, viendo la ventana abierta por la liquidación de Piovaticci la Federación Española de Motociclismo urdió un plan tan lógico como sencillo. Ni más ni menos que ayudar a Bultaco en la compra de las máquinas italianas, usándolas como base para un equipo oficial que, para la temporada siguiente, tendría a Ángel Nieto como estrella en los mundiales de 50 y 125. De esta manera, en 1976 Bultaco presentó sus TSS MK2. Básicamente, las Piovaticci 50 GP de la temporada anterior con los chasis ahora en acero inoxidable.

Gracias a su ligereza y rigidez la Jamathi Monocasco resultó todo un éxito en su diseño, superando además las grandes dificultades planteadas por la fabricación de algo así

Hasta aquí, lo cierto es que ésta es una historia más o menos manida para quienes hayan indagado en la historia del motociclismo de velocidad en España. Ahora, ¿existió un precedente aún anterior para las Bultaco TSS MK2 y su interesante monocasco? La respuesta es sí. No en vano, los mencionados Jan Thiel y Martin Mijwaart ya habían fabricado su primer monocasco mientras trabajaban en la holandesa Jamathi. Una pequeña escuadra artesanal fundada por ellos mismos junto a dos socios más a finales de los años sesenta. Plenamente enfocada a la competición, ésta logró hacerse un nombre en ciertos campeonatos nacionales e incluso en el Mundial de 50, logrando el subcampeonato de pilotos en 1970 con Aalt Toersen y dos terceros puestos absolutos en 1972 y 1973 con Theo Timmer. Eso sí, en lo relativo a sus aportes al diseño de competición sin duda 1972 fue el año más importante para Jamathi gracias al estreno en carreras de su primer monocasco. Conscientes de estar elaborando una base realmente rígida y ligera, en el taller holandés asumieron las dificultades inherentes a este tipo de diseño, especialmente difícil de llevar a la realidad. No obstante lo lograron, presentando un excelente acabado en las uniones sin previsión alguna de roturas. De esta manera, no sólo lograban una motocicleta ligera, manejable y rígida, sino que también, gracias a lo estrecho del monocasco, lograban una posición más aerodinámica para el piloto. En suma, un avance técnico realmente meritorio y que, como en Piovaticci o Bultaco posteriormente, sólo se vio lastrado por la dificultosa financiación de las tres escuadras por donde pasó. De todos modos, lo que nadie puede negar a este monochasis -elaborado en aluminio o acero inoxidable según el momento- es el mérito de haber servido con éxito en equipos diferentes. Sin duda, un verdadero caso de éxito.

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Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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