Voy a ser sincero con vosotros, me gusta la Kawasaki Ninja 650. La idea de combinar en un modelo deportividad apta para todos los públicos, racionalidad, economía de uso y envolverlo todo con una estética sumamente atractiva es un plan que no puede fallar. Si a eso le sumas un precio de venta de 7.200 euros… cuesta encontrarle peros a esta moto.

La Kawasaki Ninja 650 llegó hace dos años para sustituir a la veterana Kawasaki ER-6f, una moto que llevaba en el mercado (con diversas actualizaciones, eso sí) desde 2006. Los tiempos cambian y ahora la gente demanda otras cosas, por lo que había que darle una vuelta al modelo y presentar algo distinto. El cambio en la denominación ya nos deja entrever una renovación muy profunda de la moto con una filosofía más sport y juvenil, de ahí lo de llamarla Ninja.

La anterior Kawsaki ER-6f era una moto súper racional, polivalente y práctica, un vehículo cómodo y agradable que tanto valía para ir a trabajar todos los días como para realizar grandes viajes con comodidad a sus mandos. Tenía una faceta sport turismo muy marcada. La nueva Ninja por el contrario busca una posición más al ataque e inclinada hacia adelante, con dos semimanillares en lugar del clásico de una pieza.

La geometrías del chasis y la ciclística también se han actualizado para darle algo más de picante al conjunto, ya que la ER-6f de tan racional que era a veces le faltaba alma y no llegaba a enamorar, en especial al público de menor edad.

La nueva Kawasaki Ninja 650 hereda de su predecesora el archiconocido y sempiterno motor bicilíndrico en linea de 649 cc que tantos años llevan fabricando en Akashi, y que han montado multitud de modelos de la firma verde en las últimas décadas. En esta ocasión, y debido a las normativas anticontaminación, se deja algo de potencia por el camino respecto a su antecesora y sólo eroga 68 caballos, a unas cómodas 8.000 vueltas, eso sí.

Quizá este sea el punto más gris de la moto. Sus principales rivales en esta cilindrada, la Yamaha MT-07 y la Suzuki SV 650, rondan los 75 CV y son mecánicas con similar cubicaje. En este aspecto creo que Kawasaki podría haber apretado un poco más su motor a base de subir revoluciones o algo para no quedarse atrás.

En cuanto a ciclística, nos encontramos componentes sencillos pero adecuados a la orientación y prestaciones de la moto. Horquilla convencional de 41 mm y una pareja de discos de 300 mm mordidos por pinzas de doble pistón. El chasis es de tipo multitubular y está construido en acero, por lo que el peso de la moto se nos va hasta los 193 kg. En este aspecto vuelve a estar un poco por detrás de las dos rivales antes mencionadas, que dan en torno a 180 kilos en la báscula.

Mucha gente critica esta moto. Es habitual oír comentarios de los expertos de barra de bar del tipo “eso de Ninja solo tiene el nombre”, “con 70 CV esa moto no anda”, “es una deportiva de paja”… y lindezas por el estilo. Y creo que este es el gran hándicap del modelo, es una moto sólo apta para los que no tienen prejuicios.

Como contraargumento a todo ese volquete de prejuicios y declaraciones, os recuerdo que la familia Ninja desde sus orígenes siempre ha tenido un componente democratizador. Pensad en las Ninja 250, 300 y ahora la Ninja 400, motos de prestaciones modestas pero que estaban ahí para acercar la deportividad a todos los públicos independientemente de su habilidad o su nivel económico.

La Kawasaki Ninja 650 sigue en esa linea: deportividad para todos. ¿No es maravilloso?. Para salir de curvas el fin de semana con los amigos para pasártelo bien no hacen falta 130 CV, horquillas invertidas y frenos de última generación. Piensa en todo el dinero que te ahorras comprando una de estas respecto a la típica deportiva de 600, la de litros y litros de gasolina que tienes ahí para disfrutar.

De hecho, en mi opinión, es más divertido revolucionar estas motos bicilíndricas hasta el corte y disfrutar engranando la siguiente velocidad justo cuando el motor está aullando a su máximo régimen, una sensación que muchas veces no podemos tener en las tetracilíndricas sin alcanzar velocidades lo suficientemente altas como para que te lleven preso si te pillan.

Uno de los fuertes de esta moto es la economía de uso; es lo maravilloso de las bicilíndricas de 650 cc. Con 70 CV ya corren de sobra para pasártelo bien por carreteras reviradas y puertos de montaña. Y luego encima son motos que te hacen poco más de 4 litros a los 100 km, que llevan gomas más estrechas -y por tanto baratas-, y que tienen un mantenimiento muy asequible.

Creo que esos son los grandes argumentos de esta moto. Tiene la mejor relación diversión/precio. Y luego además sigues teniendo una moto muy apta para el día a día y tus recorridos de rutina. Como digo, el principal inconveniente de esta moto es la cifra de potencia, más por un tema psicológico que real.

La Kawasaki Ninja 400 está ahí al lado con 45 CV, mientras que el siguiente escalón en la gama es la Z 900 con 125 CV. Para estructurarlo todo mejor y darle más coherencia, esta moto tendría que haberse movido en la franja de los 75-80 CV, ya fuese subiendo un poco cilindrada, como ha hecho Yamaha con el CP2, o a base de darle un poco más de recorrido al cuentavueltas.

En cualquier caso, sigue siendo una propuesta muy digna para todos aquellos que quieran diversión a raudales sin arruinarse en el intento. Como digo, es una moto para los que quieren disfrutar sin complejos y no le dan especial importancia al lado postureico de la moto puesto que sí, en ese aspecto no tienes nada que hacer contra una tetra de ciento y pico caballos.