La Kawasaki VN 900 -o Vulcan 900, como se la conoce en algunos mercados- es una custom de libro. El modelo se empezó a vender en 2005 y se ubicaba entre la Kawasaki Vulcan 500 (de corte más convencional, asequible y pensada para mercados como el europeo), y la mastodóntica tope de gama Kawasaki Vulcan 1500, que a su vez luego sería sustituida por otras más y más grandes cada vez (la Vulcan 1700 y la Vulcan 2000).
A comienzos de siglo la mayoría de marcas japonesas se tiraron a fabricar motos custom al estilo de Indian y Harley-Davidson. Hasta ese entonces llevaban ya algunas décadas vendiendo customs económicas y de baja cilindrada, pensadas para más bien en otros mercados y en un público al que le gustaba esta estética, pero no necesitaba o podía permitirse un “tanque” de Milwaukee.
Sin embargo, era hora de competir de tú a tú con las reinas del segmento, y las Vulcan más grandes podían hacerlo. La receta estaba clara, y a nivel técnico tampoco es que fuera complicado imitar un tipo de moto cuyas soluciones tecnológicas parecían no haber variado apenas en décadas.
Para el desarrollo, los japoneses crearon un nuevo propulsor bicilíndrico en V con una carrera larguísima, un par enorme y una potencia de risa, justo como mandan los cánones del segmento.
Se tomaron una licencia técnica al emplear un motor refrigerado por agua en vez de aire, imagino que en aras de mejorar su funcionamiento interno y su eficiencia, ya que en el fondo la relación potencia/cilindrada seguía siendo muy baja, incluso inferior de que la que nos podemos encontrar en el mundo de las cuatro ruedas.
Exteriormente los ingenieros se encargaron de darle una apariencia refinada y agradable con sus aletines y demás parafernalia para que se asemejase a un motor de aire. Si no viéramos el radiador y los manguitos que están ligeramente camuflados en el frontal, ni nos daríamos cuenta de la refrigeración líquida.
La caja de cambios es de cinco relaciones, aunque al ser un motor que tampoco sube mucho de vueltas eso no es un problema. Por último, para la transmisión final se emplea una correa dentada, de funcionamiento más suave que las típicas cadenas y encima sin el engorro de tener que engrasarla y tensarla. Misma solución empleada en algunas competidoras americanas, de hecho.
La potencia no va a asustar a nadie, como ya he comentado. Son 50 CV, que para tirar de una mole de 280 kilos… tampoco van sobrados. No me mal interpretéis, la moto anda y puede coger velocidades bastante elevadas, en torno a 160 km/h de punta, solo que acelerar… acelera con parsimonia. Es un problema de relación peso/potencia.
Para ser una custom, tampoco tiene un motor especialmente grande. En este segmento son muy de colocar un par de pucheros gigantes de que suelen pasar con holgura de los 1.000 cm3.
En cualquier caso, al final las custom son motos de sensaciones más que de prestaciones puras. La gente lo que demanda es esa respuesta al primer golpe de gas, ese pistoneo lento pero implacable, como si hubiera un par de enanos golpeando con un mazo bien grande las bielas en vez de tener cilindros y cámaras de combustión.
A nivel estético la moto destila clasicismo y homogeneidad con lo que se venía haciendo hasta la época. Las ruedas son buen ejemplo de ello: llantas de poco diámetro con 16 y 15 pulgadas adelante y atrás respectivamente, pero con mucho perfil de goma.
Sin embargo, a medida que han ido pasando los años desde ese lejano 2005 donde comenzó a venderse, los japoneses han ido modificando y retocando el modelo aquí y allá para mantenerla fresca y acorde a las tendencias estéticas del segmento.
En los modelos a partir de 2011 se empiezan a notar algunas pinceladas de ese custom oscuro y más maduro, sin tanto cromado y “brilli brilli”. La horquilla frontal, palancas de cambio y freno, el marco de la instrumentación, la araña de los intermitentes… son piezas que hace unos años irían cromadas hasta la médula y que en nuestra protagonista van de un agradable negro mate.
Los japoneses también sacaron una versión que ahondaba más en esta línea estética, saliéndose un poco del estilo de siempre. Era la Kawasaki VN 900 Custom, de la que ya os hablaremos otro día.
Desgraciadamente, en nuestro país este tipo de motos no tienen mucha aceptación, y el que busca propuestas de este tipo es un comprador de mucho que suele irse a las marcas emblema de esta corriente motociclística, como Harley-Davidson.
Es por ello que Kawasaki dejó de traerla a España hace ya algunos años. Sin embargo, si os gusta el modelo, todavía se puede encontrar por ahí en el mercado de ocasión. No son muy caras, sobre todo si tenemos en cuenta el nivel de detalle, mimo en la construcción y calidad percibida que destilan estas motos.
Echando un vistazo rápido a las páginas de clasificados se pueden encontrar desde poco más de 3.000 euros. Una moto sencilla a nivel mecánico, difícil de ser maltratada por sus dueños, que por otra parte no suele sen quemados que vayan haciendo el salvaje precisamente. Es por ello que una de “segunda zarpa” no me parece en absoluto mala opción.
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Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.La vulcan en el 2005?sera en 1995.alguien se ha columpiado con las fechas…
no, la 900 son del 2005. En lo que se ha columpiado es en que se encuentran por 3000€….