Más allá de otras características, muchas de las monturas Off-Road fabricadas en España por las históricas casas catalanas conservaron dos cualidades fundamentales. La primera es la relativa a los motores de dos tiempos. Posiblemente, la seña de identidad más permanente en el motociclismo hispano. Siempre aferrado a este ciclo más allá de las excepciones interpretadas por Sanglas o algunos de los modelos fabricados en Gijón por Avello bajo licencia de la italiana MV Agusta.
Además, la segunda – especialmente visible en el caso de las Bultaco Pursang de Motocross o las Montesa Cota de Trial – es la forma y manera en la que el diseño derivaba de la competición hacia los concesionarios. Es decir, lejos de plantearse los modelos sobre un panel diáfano, éstos primero se ideaban para la competición y después, sólo tras haberse puesto a punto en ella en colaboración con los pilotos, los diseños eran adaptados a la cadena de montaje en serie. De hecho, muchos de los modelos más icónicos para el Off-Road catalán siguen esta vía incluso en sus nombres, aludiendo al papel de los pilotos y sus triunfos en la génesis de los mismos.
Ejemplo de ello son – entre otras – las OSSA 250 Mick Andrews Replica, la Bultaco Sherpa T “Sammy Miller” o la Montesa Cota 349 Ulf Karlson. Todas ellas puestas al alcance de los clientes tras haberse creado por y para la competición. Así las cosas, cuando en 2005 Honda presentó la Montesa Cota 4RT se abría, para bien o para mal, una nueva época. Para empezar, aquella incorporaba un motor de cuatro tiempos dejando así atrás una de las características mecánicas más identificables en las antiguas Cota desde su nacimiento en 1968. Asimismo, lejos de haber sido creada en el marco de la competición la 4RT nació directamente pensada para su llegada a serie.
En 1996 esta motocicleta con chasis puesto a punto por Antonio Cobas logró hacerse con el Mundial de Trial. Un paso previo fundamental a su producción en serie y comercialización ya en 1997
Montesa Cota 315R, la última de una era
Con todos aquellos cambios, lo cierto es que la sucesora de la Cota 4RT estaba llamada a ser la última de una época. Y sí, de hecho así ha pasado a la historia – posiblemente sin haberse concebido de una forma consciente – la Cota 315R comercializada desde 1997 hasta el no tan lejano 2004. Propulsada por un motor de dos tiempos, ésta ganó el Mundial de Trial 1996 con Marc Colomer antes de llegar a serie. No obstante, lo mejor será que vayamos por partes puesto que en la creación de nuestra protagonista de hoy se cruzan varios elementos interesantes.
Para empezar, el nombre del mítico Antonio Cobas. Ingeniero de culto entre la afición ibérica, éste cosechó éxitos de gran importancia desde que en 1978 lanzara la Siroko para ser dominante en la categoría del cuarto de litro en el Campeonato de España. A partir de aquí, las Kobas y JJ Cobas se convirtieron en aliadas esenciales para la expansión de los pilotos españoles en el Mundial de Velocidad. Asimismo, Cobas se convirtió en una pieza clave para entender la carrera de Sito Pons, con quien siempre mantuvo una estrecha y fructífera relación profesional.
Es más, incluso cuando Pons fue a parar a Honda como piloto oficial – ganando el Mundial de 250 en 1988 y 1989 – Cobas estuvo en su equipo técnico. Gracias a ello, estrechó lazos con la casa japonesa, trabajando para ella en el desarrollo de diversos modelos de competición con 500 centímetros cúbicos. Con todo ello, no resulta difícil comprender cómo su habilidad en el diseño de chasis fue usada por Honda de cara a crear, para 1996, la motocicleta con la cual Marc Colomer ganó el Mundial de Trial durante ese mismo año. Como hemos dicho antes, la base para la 315R de serie lanzada a los concesionarios pocos meses.
Tras ésta, llegó un tiempo dominado por los cuatro tiempos. Algo que marcó un nuevo capítulo en el que la 315R era la última Cota en seguir los pasos de los tiempos clásicos abiertos por el primer modelo de la saga allá por 1968
Llegados a este punto, sobre el bastidor en doble viga de aluminio puesto a punto por Antonio Cobas, la Montesa Cota 315R incorporó un motor de nuevo diseño lo más compacto y ligero posible. Respecto a la cilindrada, ésta quedaba en 249 centímetros cúbicos para entregar 17,5 CV a 5.000 revoluciones por minuto con admisión directa al cárter. Todo ello con piezas tan sofisticadas como unas válvulas realizadas en carbono. Y es que, no en vano, esta se calificado con justicia como una de las mejores monturas de Trial con el nombre de Montesa. Es más, gracias a ella la marca regresó a la primera línea ganando seis Mundial de Trial masculinos y uno femenino. Sin duda, una más que diga sucesora de las Cota clásicas con las que Montesa logró su primer Mundial con Ulf Karlson en 1980.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.Muy buena moto la cota 315 .lástima de no hacer más 2 tiempos .montesa solo se fijo en los 4tiempos y dejó tirado a un gran número de aficionados al trial y al motocros. De los 2 tiempos .y para mí montesa ya no existe