Hubo una época en la cual, los ciclomotores dominaban las calles, pilotados por chavales de entre 14 y 16 años que hacían de todo con ellos. Ciclomotores como la Puch Condor Trail 50, con aspecto y tamaño de “motor grande”, pero animada por un motorcillo de 49 centímetros cúbicos. Algo habitual y que, por lo general, gustaba bastante a sus usuarios.
No obstante, la Puch Condor Trail 50 tenía una historia bastante interesante, pues llegó en un momento de cambio para compañía austriaca –Puch no era española, aunque fabricara en España–. Suzuki compró Avello S.A., que tenía su sede en Gijón y que había fabricado las Puch hasta finales de la década de los 80 y por tanto, ya no podría seguir con la producción de las motos austriacas. Mientras tanto, Piaggio había adquirido Puch y trasladó la producción de las motos de la marca a Madrid, a las instalaciones de Moto Vespa S.A.
Piaggio, para diferenciar los modelos y darles un aspecto más modernos, revisó todos los modelos y cambió algunas cosas, aunque para la Condor Trail no se complicaron en exceso y echaron mano, como hacen a veces, de lo que tenían disponible en sus propias marcas. Así, la carrocería de la Puch Condor Trail 50 era, en realidad, la misma carrocería de la Gilera R1 50. Había ligeros cambios, como el guardabarros delantero, pero eran, a simple vista, la misma motocicleta.
Por otro lado, seguramente este detalle importara a pocos usuarios, porque el aspecto de la Condor Trail era moderno y atractivo, una auténtica trail de los 90. La carrocería, fabricada con plástico ABS, abarcaba gran cantidad de la moto, con gran carenado delantero que se estrechaba en el centro y volvía a recuperar cuerpo en la parte trasera. El faro estaba cubierto por la típica rejilla protectora, había cubremanos, un asiento corrido y muy mullido, cubierta para el freno de disco delantero… se echaba de menos una instrumentación, que se ofrecía como opción y tan solo consistía en un pequeño velocímetro con cuentakilómetros.
La Condor Trail era una moto bastante alta para un chaval de 14 años. La horquilla –de tipo telescópica hidráulica– tenía 180 milímetros de recorrido, exactamente igual que el amortiguador trasero, que estaba firmado por la marca IDEAL. Al menos tenía, como se ha mencionado antes, un freno delantero de disco, asistido por un tambor en la rueda trasera –con mando mecánico por varilla–.
A simple vista, era, como se suele decir, un “pepino”, aunque en realidad era una evolución de la Puch Condor III, de la que tomaba el motor, un monocilíndrico de 49 centímetros cúbicos con cilindro de cuatro transfers, carburador Dell’Orto que rendía 2 CV a 5.500 revoluciones y podía lanzar a la Condor Trail, mediante un cambio de cuatro marchas, hasta los 65 km/h, siempre según datos del fabricante. Piaggio añadió a este motor el encendido electrónico.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS