Moto del día: Triumph Trident T150

Moto del día: Triumph Trident T150

La primera tricilíndica de la historia


Tiempo de lectura: 2 min.

Cuando hablamos de dos ruedas normalmente los motores son de uno, dos o cuatro cilindros, al menos en la actualidad. Pero hubo una época donde se pensaba que por tamaño y rendimiento un tres cilindros encajaba mucho mejor, ofreciendo un punto medio entre los dos y los cuatro. ¿Cual fue la primera triclíndrica de la historia? La Triumph Trident T150, también vendida como BSA Rocket 3.

Corrían los años 60 cuando Triumph Engineering junto a Birmingham Small Arms Company (BSA) comenzaban a diseñar una moto con tres cilindros. Para comenzar partieron del motor de la Triumph 5TA de 1959 que tenía un motor bicilíndrico en paralelo, así que solamente era necesario sumarle un cilindro más. Los ingenieros Bert Hopwood y Doug Hele trabajaron para tener cuanto antes un prototipo completamente funcional y que pudiera pasar a producción.

El motor era un tres cilindros en paralelo de 740 cm3, con las muñequillas del cigüeñal espaciadas en ángulo de 120º, para ofrecer mayor suavidad y menores vibraciones. Producía 58 CV a 7.500 rpm y estaba asociado una caja de cuatro marchas con embrague seco, que enviaba la potencia a la rueda trasera con ayuda de su cadena.

La moto estaba lista en 1965, pero algunos rediseños estéticos y otros retoques hicieron que su lanzamiento oficial se retrasase hasta 1968, cuando salió al mercado. Se mantuvo a la venta hasta 1978

En cuando a suspensiones, recurría a la clásica doble horquilla delantera, y su basculante trasero se apoyaba bajo el asiento con doble conjunto muelle-amortiguador. Los frenos de las primeras series eran de tambor en ambas ruedas, aunque en años posteriores -1972 a 1975- se incorporó disco delante, y después se colocaron discos en ambos trenes -1975 a 1978-.

No era una moto ligera precisamente, con 212 kg en seco, lo que hacía que su aceleración no fuese fulgurante. Según las pruebas de la época, hacía el 0 a 100 km/h en 5,7 segundos y lograba alcanzar una velocidad máxima de 188 km/h. Su consumo tampoco era bajo, con 11,6 l/100 km se equiparaba más a un coche que a una moto.

Sus ventas no acompañaron, sobre todo en EEUU, donde pocas semanas más tarde de su lanzamiento llegaba al mercado la Honda CB750, una moto mucho más moderna y que no perdía aceite como las Triumph de la época. Esto unido a su alto precio -1.800 dólares de la época, unos 13.340 dólares actuales- hizo que su cuota de mercado fuese muy reducida, obligando a la marca a realizar un rediseño poco tiempo después, para intentar competir de tú a tú con la japonesa. BSA desde EEUU rediseñó la T150 que posteriormente se denominaría Triumph X75 Hurricane, pero eso ya es otra historia.

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Sobre mí

Pablo Mayo

Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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David Antonio Mendoza saldarriaga
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David Antonio Mendoza saldarriaga

Yo tengo una tridente del 74, con caja de cinco marchas, la compre con el motor gripado, en el 98, hoy la tengo restaurada, efectivamente son motos delicada de lubricación, pero son motos de culto, si las entiendes serán tuyas siempre, yo soy coleccionista y restaurador de motocicletas clásicas, tengo varias, saludos desde Lima peru

Antonio
Invitado
Antonio

Mi primera moto grande. Con matrícula en relieve de Madrid y 6 dígitos (sin letra), aquella Trident T150 color verde aguamarina era mucho mejor que todo lo que había tenido hasta entonces y una moto realmente llamativa, con aquellos elegantísimos silenciadores. Por desgracia, sus problemas de engrase -y mi poca pericia y mucha juventud- provocaron el gripaje del motor. Mi moto siguiente fue todavía mejor, una T 160 que sí estaba a la altura de las japonesas (o casi). No he vuelto a tener una moto inglesa.


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Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

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