La Morbidelli MBP T1002VX llega directa a uno de los segmentos de marcado con mayor tirón comercial: las trail con motores grandes. Los SUV de dos ruedas –aunque haya quien no está de acuerdo con esta definición– son las motos de moda, al igual que también son los coches más vendidos. Parece ser que el concepto que representan ha calado en los aficionados de alguna forma y las ha convertido en las motos preferidas del público. Se ha pasado de querer solo motos deportivas, a encumbrar a lo más alto a las trail, unas mtos que no tenían tanta acogida en España como ahora.

Es cierto que también está la cuestión estética. La Morbidelli T1002VX, por ejemplo, es una moto bastante interesante en cuanto a diseño, con formas imponentes y con mucho músculo, aunque si somos totalmente sinceros, en el fondo no presenta nada realmente novedoso o innovador. Es una trail moderna, grande, de presencia incluso intimidante por su genoros volumen, pero nada que no puedas encontrar también, por ejemplo, en una honda Africa Twin.

La Africa Twin se queda un poco lejos en cuanto a precio, todo sea dicho aprovechando que se menciona el modelo. Las rivales más directas de la T1002VX vienen, igualmente, precedidas de dinero chino: Benelli TRK 702 X, QJMotor SRT 800X, CFMoto 800MT Explore… Motos, todas ellas, con unos precios casi imbatibles a excepción de la CFMoto, que se por encima de los 12.000 euros, mientras que la Mobidelli T1002VX se queda en poco más de 9.690 euros.

Propulsor V2 con poderío suficiente para cruzar medio mundo

Uno de los apartados importantes en cualquier trail, y casi en cualquier moto –hay algunas que, por planteamiento, no es tan importante–, es el motor. Cuando se plantea una moto para escapadas aventureras, ya sea por caminos de tierra o por carretera, contar con un buen motor es vital. La cuestión es, ¿qué podemos considerar un buen motor? En este caso, podemos considerar como buen motor un dos cilindros en V de 997 centímeros cúbicos de desarrollo propio, con casi 88 CV a 7.500 revoluciones y 89 Nm de par a 5.250 revoluciones. Cifras más que buenas para el planteamiento de la moto, aunque por peso se va un poco lejos: 265 kilos.

Lo mejor de todo, es que al estar por debajo de los 90 CV, es posible limitar la potencia para poder ser conducida con el carnet A2 y pasados dos años, pasar al carnet A y deslimitar para tener todo el poderío del motor disponible. Un argumento sobradamente bueno para pensar en esta montura aunque te acabes de sacar el carnet, solo habría que tener cuidado con el peso que, como hemos dicho antes, es elevado, y con la altura al suelo desde el asiento, que se queda en 820 milímetros y podría ser un pequeño handicap para los más bajitos.

Tiene embrague antirrebote, ABS desconectable, dos discos delanteros de tipo flotante –firmados por J. Juan–, una horquilla con barras de 43 milímetros, control de tracción, control de crucero, conectividad Bluetooth…

Que no te asuste su origen asiático

Mobidelli es una firma italiana cuyo pasado aglutina éxitos en competición de más alto nivel, sobre todo en categorías pequeñas como los 50 centímetros cúbicos o los 125 centímetros cúbicos, donde se coronaron campeones en 1975, incluso ganó en 250 centímetros cúbicos en 1977. Una de esas firmas italianas que han regresado del olvido gracias a capital de origen chino, concretamente de Keeway, y que no han tardado en desarrollar una interesante gama de modelos.

No veremos locuras como la Morbidelli 850 V8, una moto que quedará como una verdadera rareza, pero su gama actual, con la T1002VX como buque insignia resulta interesante y atractiva. Los chinos, tanto en el sector de las cuatro ruedas como aquí, en el mundo de la moto, han demostrado que pueden hacer buenas máquinas a precios accesibles sin que haya problemas de calidad. Obviamente, el precio es un impedimento para ponerse, por ejemplo, al nivel de Yamaha u Honda, pero quien algo quiere, algo le cuesta.

Con la Mobidelli T1002VX se tiene una trail con una buena cifra de potencia, un diseño imponente y cualidades para casi cualquier viaje. Y decimos casi, porque con 265 kilos, hay aventuras que es mejor no afrontar.