Un fabricante relativamente desconocido -y sin relación con F.B. Mondial– ha dado luz verde al desarrollo de dos modelos de superbike con motores de cinco cilindros en V, la misma arquitectura de la primera Honda de MotoGP, la RC211V. MondialMoto, que no fabrica a día de hoy ninguna moto, ha conseguido una financiación de 2,5 millones de euros para desarrollar y fabricar prototipos de la V5R y V5S, superbikes que tendrán por lo menos 200 CV de potencia.

En común tendrán un motor V5 a 75,5 grados con distribución de titanio, 20 válvulas y un régimen de giro máximo de 13.000 RPM. La MondialMoto V5S contará con un chasis convencional, mientras que la V5R lo tendrá de fibra de carbono. Los precios se aproximarán a los 28.000 euros en el caso de la V5S y unos 36.000 euros para la V5R, impuestos aparte. La previsión es que no pasen de 179 kg, la versión de carbono compensará así componentes más pesados sin que arroje sobre la báscula una cifra superior.

El propulsor estará bastante apretado, con una relación de compresión de 13,5:1, muy alta para ser un motor de gasolina. La cilindrada prevista es de un litro, con una potencia específica de 200 CV/litro. La configuración V5 solo la ha utilizado previamente Honda, pero con un notable éxito, cinco años de dominio en MotoGP.

Además de la financiación inicial, hará falta pasta para probar los prototipos e iniciar la producción en cadena. Las necesidades adicionales de financiación se van a cubrir con la venta de bonos -mini-bonds- con una rentabilidad bestial, una modalidad de crowdfunding. El plazo para adquirirlos acabará en julio de 2019, más o menos cuando estén ya las motos listas para venderse.

Estos mini-bonds vencen a los cuatro años con un 20% de interés, cada uno por 500 euros. En teoría, en julio de 2023 cada bono tendrá un retorno de 100 euros. Adquiriendo más de 10 mini-bonds (5.000 euros) se consigue un descuento de 2.500 euros en una V5, y con más de 25 mini-bonds (12.500 euros) se podrán adquirir, aparte, las unidades 2 a 49 que sean fabricadas en primer lugar. Los que no hayan sido bonistas podrán comprar las unidades a partir de la 50.

En otras palabras, que quien se juegue los 13.000 euros que implican adquirir 26 bonos obtendría una rentabilidad de 2.600 euros y el derecho a quedarse con una de las primeras unidades, las que -a futuro- tendrán más valor para los coleccionistas. Para que la moto salga “gratis” habría que invertir como mínimo 180.000 euros, es decir, 360 mini-bonds.

https://youtu.be/1XjwBN1SAJk

Los componentes anunciados son de primera calidad: suspensión Öhlins, neumáticos Pirelli o Bridgestone, frenos Brembo… y el equipamiento también promete abundancia, con alarma, instrumentación digital, acceso sin llave, ayudas electrónicas por doquier, etc.

Pinta muy bien la cosa, pero un interés del 20% es muy agresivo y los bonistas pueden palmar todo su dinero sin llegar a haber visto la moto. Tendremos la respuesta en 11 meses. Luego el fabricante tiene cuatro años para generar el dinero suficiente para pagar ese 20% de intereses a los bonistas.

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