BMW es la marca de las motocicletas turísticas por antonomasia a lo largo de su historia, y buena cuenta de ello puede dar nuestra protagonista de hoy, la BMW K 1200 RS, que además de gozar del confort de marcha mítico de la marca buscó ser además algo más deportiva que sus antecesoras.

Lo cierto es que cuando fue presentada en el Salón de Colonia de 1997 ya anunciaba que venía con argumentos suficientes para batirse con las sport turismo del momento, como la Yamaha GTS 1000, la Honda CBR 1100 XX o la ZZR 1200 de Kawasaki. Además, la inminente presentación de la nueva Honda VFR 800 (RC46) ponía al nuevo modelo dentro de la órbita de la germana.

Para la nueva K 1200 R no se escatimó empeño ni medios en lograr hacer una moto lo más sencilla y agradable de conducir, además de un propulsor potente y elástico, que por primera vez en la marca superaba los 100 CV de potencia, situando a este modelo como la BMW más potente en salir de las fábricas bávaras hasta la fecha.

BMW K 1200 RS (K589, 1997)

BMW K 1200 RS (K547, 2000)

BMW optó por remozar el ya veterano 1100 de la marca con cuatro cilindros en posición horizontal e instalado transversalmente, alargando la carrera de este para subir la cilindrada hasta los 1.171 cc y consiguiendo elevar la potencia hasta los 130 CV a 8.750 RPM, con un par máximo de 116,7 Nm a 6.750 RPM. Marca de la casa, todo ello iba asociado a un cambio de seis velocidades y una transmisión por cardán.

Evidentemente, efectuó cambios en el bloque para poder llegar a la potencia declarada, entre ellos una nueva admisión dinámica para poder paliar el alargamiento de la carrera del motor, entregando este su potencia máxima al borde de la línea roja, confiriéndole de este modo un carácter deportivo casi único en una BMW hasta ese momento.

La BMW K 1200 RS representó para la marca alemana un salto cuantitativo en cuanto a prestaciones y deportividad, posicionándose como una de las mejores sport turismo del momento

Por otro lado, y muy importante para BMW, era el manejo, ya que la K 1200 RS no era lo que llamamos precisamente liviana, con un peso en seco rozando los 300 kilos. Pero lo cierto es que gracias a los sistemas empleados en su nuevo modelo, una vez en marcha era sorprendentemente fácil de manejar. Hablamos de su suspensión con los sistemas Telelever y Paralever delante y detrás, respectivamente, además de un amortiguador de dirección por accionamiento de doble válvula.

BMW K 1200 RS (K547)

Gracias a la tecnología implantada en la K 1200 RS, su tren delantero mantenía siempre una estabilidad encomiable, dándole al piloto una seguridad en cada trazada digna de motos con un enfoque más deportivo. Además, su chasis de aluminio con doble viga lateral abrazaba el motor, de forma que las vibraciones de modelos anteriores se mitigaban casi por completo.

Las prestaciones eran otro de los puntos destacables en la “nueva chica” de la marca bávara. Con un velocidad punta de 250 km/h era capaz de acelerar hasta los 100 kilómetros por hora en apenas 3,3 segundos, empleando 21,8 segundos en recorrer los 1.000 metros desde parado, finalizando a una velocidad de 222 km/h.

Para la frenada la K 1200 RS tenía en su primera versión el ABS como opcional, algo que en 2001 en su primera y única remodelación se dotaba como equipamiento de serie, además de un nuevo parabrisas regulable más alto y carenado de nueva factura.

BMW K 1200 RS (K547)

Un juego de discos de 305 mm con anclaje radial y pinzas de cuatro pistones eran los empleados en su tren delantero, un disco de 285 mm y una pinza de doble pistón opuesto en el eje posterior. Con llantas de 17 pulgadas en ambos ejes, la nueva motocicleta de BMW calzaba sendos neumáticos en medida 120/70 y 170/60, confiriéndole un aplomo y paso por curva más parecido al de una deportiva del momento que a una sport turismo de casi 300 kilos.

Evidentemente, todo no podían ser elogios y aunque no muchos, algunos eran los fallos de esta turística noventera. Por ejemplo, sus horribles retrovisores anclados al manillar y no al carenado, que rompían la estética por completo. Tampoco sus intermitentes integrados eran de lo más estético del mercado, así como menos visibles respecto a unos convencionales.

Fuera de algunos elementos que no estaban a la altura del modelo en cuestión, su precio era quizás su mayor hándicap, con una tarifa que rozaba casi los 3 millones de las antiguas pesetas, estaba muy por encima de cualquiera de sus competidoras en este aspecto.

BMW K 1200 RS (K547)

Si bien es cierto que la marca alemana puso en aquella K 1200 RS inicial toda la tecnología del momento de la que disponía, trasladado a la vida real pocos o muy pocos harían una valoración profunda y meditada en la que pusieran en valor las cualidades de la nueva creación de BMW, olvidándose de lo que había que pagar a cambio por ella.

Lo que también es cierto que la calidad y sobre todo la distinción sobre los demás se paga, y si a ello le sumamos una moto bastante completa en todos los aspectos para el momento y época de su creación, está claro que la K 1200 RS tuvo su público a lo largo de los casi ocho años que estuvo en el mercado, momento en el que sustituyo por el nuevo modelo, la K 1200 S.

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