Una de las sentencias más repetidas en esta pequeña sección diaria, sino la que más, es la expresada por Francisco Xavier Bultó cuando dijo aquello de “las ventas siguen a la bandera a cuadros”. Y sí, a décadas vista sin duda parecer esconder una gran verdad pues, de hecho, la propia trayectoria comercial de Bultaco dependió bastante de sus triunfos o derrotas en la competición.
Es más, cuando su nombre empezó a estar lejos de las primeras posiciones en el Motocross internacional la casa barcelonesa emprendió el inicio de un viaje sin retorno a la desaparición.
Pero, más allá de la pura cuestión comercial la competición también sirve para demostrar la valía de una idea cuando nadie -o casi nadie- cree en ella. Así las cosas, Adalberto Garelli puso todas sus energías en ganar carreras importantes disputadas en la Italia de los años veinte con la intención primordial de demostrar las bondades inherentes a los motores con dos tiempos.
En una época donde los motores de dos tiempos estaban postergados Garelli supo recurrir a la competición para mostrar las bondades de los mismos aplicados a las dos ruedas
Denostados en la época en favor de los de cuatro -de hecho la única discusión mecánica en el motociclismo del momento tenía que ver con dónde colocar las válvulas, si arriba o en el lateral- estos estaban desterrados de la mayor parte de marcas. Sin embargo, nuestro protagonista había trabajado para la sección de motores marinos de Fiat, lugar donde pudo familiarizarse con las cualidades de los dos tiempos como ningún otro diseñador de motocicletas había tenido oportunidad.
Con todo ello, en 1919 fundó su propia empresa -Garelli, la mítica Garelli con la que Ángel Nieto ganase dos títulos mundiales- dejando así atrás su historia con Fiat. Y vaya, qué hacer. Pues ni más ni menos que dar un puñetazo encima de la mesa creando no sólo una máquina monocilíndrica con dos tiempos y 350 centímetros cúbicos, sino también llevándola hasta la victoria en el panorama italiano.
Respecto a la máquina, ésta lograba 20 CV a 4.500 revoluciones por minuto para llegar hasta los casi 130 kilómetros por hora en su velocidad punta. Más que suficiente para entrar con garantías a la kilométrica carrera Sur-Norte, la cual llegó a ganar gracias al pilotaje de Ettore Girardi.
A la postre, el inicio de una sensacional trayectoria en competición gracias no sólo a ganar los principales GP locales del momento, sino también a establecer numerosos récords internacionales de velocidad y resistencia. En suma, quienes tengan interés por las mecánicas de dos tiempos -y recordemos cómo en España más allá de Sanglas, algo de Mototrans y las MV Agusta de Avello todo estuvo dominado por los dos tiempos- tienen mucho que agradecer a Adalberto Garelli.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS