La Yamaha R1 es una motocicleta que se ganó la admiración de profesionales y aficionados desde el mismo día de su puesta en escena. No en balde, la primera entrega del modelo era una verdadera bestia, con una evolución que la llevó a ser una de las Superbikes más veloces del panorama mundial y, por supuesto, a ganar en varias ocasiones el Mundial de Superbikes.

Cuando se tomó la decisión de cambiar la normativa de Superbikes, y dejar que los motores de cuatro cilindros crecieran en tamaño, las deportivas “de litro” japonesas se hicieron dueñas y señoras del campeonato. El dominio fue tal, que nada menos que Ducati, el paladín de los motores bicilíndricos, tuvo que dar de lado su tradicional configuración para adoptar los cuatro cilindros. Aunque también es cierto que eso ocurrió en 2017 –la presentación fue ese año, la puesta en pista fue en 2018–.

Gracias al aumento de desplazamientos de los motores de cuatro cilindros, la Yamaha R1 pudo destacar como nunca antes en competición. Hasta el momento, solo había podido competir en Superstock y en algún campeonato más derivado de la serie, así que la llegada a Superbikes fue un revulsivo. De hecho, gracias a eso, la Yamaha R1, al igual que casi todas sus rivales, sufrió una evolución brutal.

Sin embargo, el Mundial de SBK se resistió, aunque en 2007 y 2008 acabó el campeonato en segunda posición –en 2007 por apenas dos puntos de diferencia–. En 2008 logró siete victorias, gracias principalmente al señor Noriyuki Haga, cuyo pilotaje era especialmente agresivo.

La revista Motociclismo pudo probar su montura, la Yamaha R1 del Mundial de Superbikes con la que corrió Haga en 2008, y destacaron especialmente la agilidad y la maniobrabilidad que tenía la motocicleta. Una moto que, como la de producción, se apoyaba mucho en la rueda delantera en la entrada en curva. Además, en Superbikes se contaba con material muy similar al de MotoGP, con una horquilla Öhlins que era casi un calco de la usada en la Yamaha M1, más un amortiguador trasero, ambos, de control electrónico –la R1 de Haga fue la única moto en usarlo en 2008–.

El motor de la R1 SBK tenía toda clase de componentes nuevos, tanto del kit de la propia marca como otros creados exprofeso, desarrollados con toda la información que se obtiene en cada carrera, que no es poca. Asi, por ejemplo, del kit de Yamaha se tomaban árboles de levas, juntas, desarrollos del cambio, pistones… mientras que de forma interna, el equipo trabajaba en las culatas y en los colectores, en la caja del filtro… No hay datos de potencia oficiales, pero se estima que debería rondar entre los 190 y los 200 CV, cifras que no están nada mal si tenemos en cuenta que la moto pesaba 162 kilos –mínimo por normativa–.

De hecho, para 2008 se perdió algo de peso mediante el uso de cosas como un cableado más ligero, un nuevo basculante e incluso con la adopción de una nueva suspensión Öhlins, más ligera que la del año anterior.