La nueva Rieju Xplora 557 supone sumar al segmento de las trail medias una nueva opción, pero una opción que, en el fondo, no trae nada nuevo consigo. Estéticamente, se pueden encontrar rasgos que recuerdan claramente a la MV Agusta Lucky Explorer –aunque habría que decir que es casi una copia, pero más pequeña–, pero gracias a eso presenta una buena presencia sobre el asfalto. Tampoco tenemos nada especial en su motor, ni en su parte ciclo… Lo más interesante de esta moto es, sin lugar a dudas, su planteamiento y que resulta una opción frente a la pléyade de trail A2 chinas.

En esa idea de intentar plantear la gran sencillez, nos encontramos con una que no es nada de otro mundo, pero de fabricación casera y española. Es bonita, de eso nadie puede dudar de ello, pero lo que es evidente es que se han propuesto hacer una moto que está a la altura del resto de motos de su segmento, pero que no aporta nada que no se haya visto ya, y eso es lo que le hace tan especial.

Esta moto no está pensada para los amantes de las dos ruedas, del off-road ni de la velocidad, es una moto que parece que es para todos. Es como si fuese una scooter, capaz de moverte por la ciudad sin muchos problemas, mientras que quiere sacar su lado más gamberro en una ruta de fin de semana. Esto es lo que hace que sea esa trail ligera, que se convierte en una aventurera con aires de urbanita, que hará que aunque no tengas experiencia, te enamores de ella.

Un interior pensado para disfrutar

Si nos fijamos en su interior, no nos encontramos con nada que no esté presente en otros modelos. Lo hace con un motor bicilíndrico de unos 554 cc, que tiene la capacidad de entregar la potencia de manera suave. Dicho de otra manera, tiene la energía suficiente para moverte con soltura por la ciudad y ser a la vez cómodo en esos viajes largos por carretera.

Diseñado y producido por QJMotor, está presente en la Benelli TRK 502 o en la QJ SRT 550, que es una de las marcas más reconocidas, es capaz de alcanzar los 47 CV a 7.500 rpm, mientras que el par motor se encuentra en unos 51 Nm a 4.500 rpm, lo que te permitirá subir grandes cuestas sin muchas complicaciones. Eso sí, ten en cuenta que es una moto que te puede venir bien y es que cumple con los requisitos para ser llevada con el carné A2.

Sobre el papel, es una moto que es fácil de llevar, lo suficientemente potente, y lo hace con una entrega de potencia progresiva y amigable. Al mismo tiempo, tiene la capacidad de ofrecerte una conducción relajada, sin tener que estar preocupado por la marcha que tienes engranada y lo que es más importante, no tienes que estar inquieto por su mantenimiento.

Una moto sencillamente básica

Con unas suspensiones KYB, es capaz de absorber las irregularidades del terreno sin muchos problemas y hay que sumarle un disco delantero de 320 mm radiales de cuatro pistones y un disco trasero de 260 mm, que va de la mano de un sistema ABS de doble canal, que te ofrece la opción de desconectarlo, lo que hace que sea una moto que puedes tener por la mano siempre que quieras.

Es una moto bastante ligera, que parte de un chasis multitubular de acero, lo que significa que tiene el equilibrio idóneo entre rigidez y flexibilidad, junto a un bastidor ligero y resistente, que es lo que se necesita para una moto que rendirá bien tanto en una ciudad como en esos trayectos más largos, que es lo que buscamos con una trail como esta. Su instrumentación es básica y no hay más donde rascar, no tiene nada que otras motos no tenga.

Si quieres comprarla, tendrás que pagar unos 5.999 euros. Un precio muy razonable para lo que aporta, que no es más que una puerta de entrada ideal para este mundo de dos ruedas. Es bonita y práctica, algo que la hace única por su sencillez, que en el fondo, no es más que un regreso a la esencia básica de las dos ruedas, una moto que te lleve sin muchos problemas.