La Moto Guzzi V9 Roammer es otra de esas creaciones de Mandelo del Lario que destilan gran personalidad y perfil propio, pero como suele ocurrir con este tipo de motos tan especiales y específicas, no se ha prodigado mucho en el mercado actual de motocicletas desde que se comenzó a vender en 2016.
La Moto Guzzi V9 se presentó hace 6 años en el EICMA de Milán, y era un nuevo modelo de media cilindrada que venía a compartir show room con la tradicional y ya asentada Moto Guzzi V7; Pero en vez de ofrecer otra naked retro, los italianos tiraron de imaginación con un producto diferente en busca de un nuevo tipo de cliente.
La V9 estaba disponible en dos sabores bien diferenciados. Por un lado estaba la Moto Guzzi V9 Bobber, con un toque más custom, oscuro, más agresivo, más “malote”; y de la que ya hicimos una prueba en profundidad hace un par de años.
Después estaba nuestra protagonista, la Moto Guzzi V9 Roammer, una moto más cruiser, más rutera, más para… perderte por carreteras comarcales durante una buena temporada y vagar por el mundo, que al final eso es lo que significa la palabra roammer en inglés.
Los cambios entre las dos hermanas no eran solo a nivel estético, sino también a nivel dinámico y de ergonomía. La Moto Guzzi V9 Roammer destacaba principalmente por una llanta delantera de 19 pulgadas y un manillar elevado que le confería una postura más relajada y cómoda a sus mandos de la que podíamos encontrar en la Bobber. De esta forma se incitaba al conductor a realizar viajes más largos y extensos que los que se podían acometer con su hermana.
Mecánicamente ambas estrenaban un nuevo propulsor de 853 cc, superior en cilindrada y también en potencia al 750 que venía empleando la V7. En total no eran muchos caballos: 55, pero tenía un par de tractor desde muy poquitas rpm. De hecho, esta moto era un “parte cuellos” como abrieses gas con decisión a baja velocidad.
Esta mecánica casaba perfectamente con la filosofía rutera de la moto. Bastaba con engranar sexta velocidad en cualquier ruta y dejar que las suaves pistonadas del bicilíndrico te llevasen impasibles, infatigables, implacables hasta tu destino.
A nivel dinámico no era lo más de lo más, pero la filosofía de la moto tampoco era la de buscar ese paso por curva perfecto, o unas sensaciones al manillar muy deportivas y agresivas, El placer de conducción venía por la personalidad de la máquina, por el disfrute de su carácter, de sus vibraciones, de sus latidos,
Y si a eso le sumamos una estética espectacular con un cuidado milimétrico hasta el último detalle… entonces hay que reconocer que era un buen coctel y que tenía su encanto, aunque el público la diera la espalda. Y es que hay que reconocer que esta moto no es barata. Andaba sobre los 11.000 euros, y por ese dinero tienes propuestas mucho más polivalentes.
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Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.COMENTARIOS