La Honda CG 125 es toda una veterana del mundo de las dos ruedas. Esta pequeña naked utilitaria del fabricante japonés estuvo a la venta nada menos que 32 años, e incluso aún siguen fabrícandola bajo licencia como la Atlas Honda CG 125 en Pakistán. Su vida “oficial” se alargó desde 1976 hasta 2008, cuando las normas anticontaminación acabaron con ella.

Estamos ante la típica moto utilitaria, barata, sencilla, y funcional que tan bien se le da diseñar a la marca del ala dorada. En ese aspecto sigue la misma filosofía que la Honda Innova de la que ya os hablamos hace unos días, solo que esta viene con sabor naked.

Durante los 32 años que estuvo en el mercado la Honda CG 125 recibió numerosas modificaciones. No tiene sentido hablar de “generaciones” porque el motor y el bastidor practicamente permanecieron inalterados durante toda la vida del modelo, pero algunos sistemas auxiliares sí que fueron actualizándose con el paso de los años debido al avance de la tecnología. La estética de la moto también pasó por diferentes fases. El faro delantero comenzó siendo redondo, pasó a coquetear con las formas cuadradas durante los años 80, para acabar otra vez con forma circular durante los años 90. La instrumentación de la moto, así como sus fibras, también fueron cambiando para adaptarse a los diferentes momentos estéticos de cada época.

Así por ejemplo, cuando se lanzó el modelo en 1976, tenía un sistema eléctrico de 6 voltios, pero en 1985 se cambió por completo para poder funcionar con los 12 voltios típicos que se manejan como estándar en el mundo de la automoción. Hablando de electricidad: el arranque eléctrico no llegó al modelo hasta el año 2001. El encendido de la moto era mediante platinos hasta que en 1993 se incorporó el sistema electrónico CDI.

El chasis del modelo es de semi cuna simple, construido en tubos de acero. El motor forma parte de la estructura, completando la misma. Adelante la moto monta una horquilla simple y atŕas amortiguadores gemelos. Los frenos son de tambor en ambos ejes excepto en las últimas series, ya que a partir de 2004 se equipó el modelo con un freno de disco delantero.

El motor es un monocilíndrico refrigerado por aire de dos válvulas en cabeza. Es un bloque mítico de los japoneses y de hecho lo siguieron empleando, con las variaciones pertinentes, en su sucesora: la Honda CBF 125. La caja de cambios es de cinco velocidades. La velocidad punta de la moto es de 105 km/h. Conducirla es toda una experiencia, ya que te trasporta a otras épocas del motociclismo. Es una moto ruda, que vibra bastante y en la que todo va un poco duro. Cuando te sientas a sus mandos, te das cuenta de que estás ante una moto diferente. Está claro que hemos ido ganando en finura con el paso de los años.

Honda CG 125 (1976) – Fotografía: Nicolas Lespour (Wikimedia Commons) CC BY SA 3.0

Gracias a sus estrechos neumáticos y a un peso que supera por poco los 100 kilos, la Honda CG 125 es capaz de conseguir consumos realmente bajos, sobre todo si tenemos en cuenta lo antigua que es. Se pueden conseguir medias de 2,7 l/100 km. Es curioso cómo los fabricantes de motos se matan por conseguir bajar unas décimas el consumo de sus modelos mediante sofisticados sistemas de inyección electrónica, Start&Stop, materiales de baja fricción en el propulsor,  estudiadísimas admisiones para conseguir un mejor llenado de los cilindros y menos turbulencias… Sin embargo, lo que verdaderamente funciona lleva inventado toda la vida: poco peso, ruedas estrechas y un motor sencillo, no muy apretado y con pocos sistemas auxiliares.

La Honda CG 125 no es una moto muy corriente en nuestras calles. Se vendió en muchos países del mundo pero en España no fue una super ventas, como sí ocurrió con otras coetáneas como la Yamaha SR 250. De segunda mano se pueden encontrar unidades en buen estado por unos 600 o 700 euros. Como su vida comercial fue tan elevada, hay diferentes motocicletas, de diferentes años y con ligeras variaciones.

Si os queréis comprar una, yo buscaría unidades posteriores a 1993, que ya vienen con el encendido CDI. Los platinos requieren mucho mantenimiento. A parte de eso, valorad si sois capaces de lidiar con un vehículo que tiene arranque por patada. No es algo dramático la verdad, pero la comodidad del botoncito… no tiene competencia. Por último habéis de tener en cuenta que es una moto antigua, por lo que el suministro de piezas puede ser un poco problemático.  Si no os importan esos peros, tenéis ante vosotros una moto muy válida para el día a día y con un auténtico sabor retro. Son duras, económicas y no suelen dar problemas.