La Honda NC 700 D Integra es una de esas motos que rompen moldes, motos que cuando se lanzan al mercado la gente no sabe muy bien con qué compararlas o cuáles son sus principales rivales. La Integra es una mezcla entre una moto convencional y una maxi scooter tomando características y las ventajas de uno y otro segmento.
Otra de las jugadas maestras de los japoneses con este modelo es que aprovecharon una misma plataforma a nivel de chasis y motor para sacar tres motos con sabores bien diferenciados. Estaba la Honda NC 700 S que era la naked, la Honda NC 700 X que era la trail, y nuestra protagonista la NC 700 D Integra que era una especie de híbrido entre maxi scooter y moto convencional.
Pero es que no quedaba ahí el reciclaje y la reutilización. La unidad de potencia era un bicilíndrico de 670 cc, ocho válvulas y carrera larga. Erogaba 51 CV de potencia a 6.250 rpm (47 CV en Europa para hacerla apta para el carné A2). Y os digo todas estas cifras porque es el resultado de dividir por dos el motor 1.4 I-VTEC que montaba la propia Honda en coches como el Honda Jazz o el Honda Civic allá por 2012, cuando se comenzó a vender nuestra protagonista.
Y es que estas motos, las NC o new concept fueron concebidas en plena recesión mundial, tras la crisis de 2008, y hacían falta productos más racionales y lógicos, más baratos de fabricar y también de mantener, y esta fue la respuesta de los japoneses a esa demanda.
Emplear “medio motor” de coche en una moto tenía numerosas ventajas como abaratar costes de desarrollo, pero también se conseguía un menor consumo y un mantenimiento más bajo como principales ventajas. La Integra se plantaba casi en 3,5 l/100 Km, lo que gastaría un pequeño scooter de 125 pero siendo una moto de 700 cc con 214 kilos en seco.
El motor de carrera larga era un mecherito y además tenía unos bajos muy llenos, ideales para conducir en el día a día. Es como si esta moto fuera “diésel” para que nos entendamos. La parte negativa es que por el camino se perdía buena parte de la pasión, del espíritu RACER, y de las estiradas gloriosas que tanto nos gustan del mundo de las dos ruedas, y es que la Integra tenía la zona roja en el mismo punto que un Honda Civic, a 6.500 vueltas.
A la hora de la verdad se conducía más como una moto cómoda de gran carenado, algo así como una GT, que como un scooter. Ruedas, suspensión, transmisión, motor, todos eran propios de una moto convencional, y lo que cambiaba un poco respecto a estas era el escudo frontal de muy generosas dimensiones, el rebaje en el puente, donde tradicionalmente iría el tanque de combustible, y que tenía un hueco muy majo bajo el asiento para guardar cosas.
Otra característica especial es que estrenaba el cambio DCT de doble embrague, que allá por 2012 era una rareza y una primicia, pero que hoy en día cada vez cuenta con más adeptos y los japoneses lo van incorporando en más y más modelos con cada día que pasa.
Os voy a confesar que esta moto nunca me entró por los ojos. Para mí era una herejía, una contaminación impura de lo que debería de ser una motocicleta convencional al uso. Sin embargo ahora, con los años la miro y digo… oye, pues esta Integra da mucho por muy poco.
Estamos hablando de un modelo con una comodidad propia de las grandes GT. Una moto ideal para viajar ya sea solo o acompañado gracias a lo espaciosa y cómoda que resulta así como a la gran protección aerodinámica. Además, su motor de carácter tranquilo y percherón casa con esa idea de hacer miles y miles de kilómetros por carretera girando a un régimen de giro realmente bajo, tanto para ahorrar combustible como para hacer el viaje más relajado y confortable.
Una moto muy lógica y muy racional. Este modelo podría resumirse como: le encantará a tu cartera, no así a tu corazón. Aunque ampliaría lo de que también le encantará a tus posaderas y a tu espalda. Con 47 CV y el carácter tranquilo del motor está claro que no es el vehículo ideal para ir de curvas y experimentar sensaciones fuertes, pero no todo el mundo se compra una moto para eso, ¿verdad?.
Hoy en día están a precios que arrancan por los 3.500 euros. Me parecen cifras verdaderamente bajas para el pedazo de moto práctica versátil y funcional que te estás llevando a cambio. Y está aquello de que Honda es Honda a mayores.
Si buscas una moto que sirva tanto para diario como para viajar con comodidad, si estabas pensando en una trail asfáltica para tal cometido… lo mismo si eres abierto de mente este experimento de la Integra podría salirte bien. A fin de cuentas, puedes probarlo por “solo” 3.500 euros.
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Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.COMENTARIOS