Moto del día: Montesa Cabra 1957

Moto del día: Montesa Cabra 1957

Surgida del descalabro en una carrera disputada en Gales, fue el punto de inicio para acabar ideando la famosa Brío Cross de 1961


Tiempo de lectura: 5 min.

En la historia relativa a cómo las motos de campo van siendo moneda común en los mercados ibéricos, la Montesa Cabra de 1957 es una pieza que representa a la perfección el papel de prólogo. Prólogo que antecede a lo que ocurre en 1961. Año en el que el Motocross – pero sobretodo el Trial – comienzan a despuntar claramente gracias a dos hechos reseñables. El primero de ellos es la celebración del I Trial de Viladrau. Prueba en la que al fin se sintetizaban y visualizaban los esfuerzos coordinados por la Federación Internacional de Motociclismo, la cual había amparado no pocos eventos relativos a la práctica de esta especialidad en Cataluña durante los años cincuenta.

De esta manera, los contactos entre fabricantes locales como Montesa y especialistas en Trial provenientes del Reino Unido se fueron estrechando más y más. Creando así una pequeña pero vigorosa comunidad de aficionados, necesaria para que las marcas catalanas identificaran en las motos de campo un nicho de negocio lucrativo al cual enfocarse. De esta manera, llegó el segundo de los hechos notables ocurridos en 1961. La aparición de la Montesa Brío Cross. Derivada de la Brío 110S, ésta adquirió unas nuevas suspensiones que junto al manillar más ancho y las ruedas de tacos hicieron útil para los caminos a la motocicleta de asfalto de la cual partía.

Todo ello, claro está, junto a un nuevo piñón para inaugurar definitivamente la gama de camperas en Montesa. Sin embargo, lo cierto es que esta casa ya había coqueteado con rodar de forma competitiva sobre el asfalto desde mediados de los años cincuenta. Así las cosas, debemos trasladarnos a Gales en 1955. Coordenadas en las que se celebró una de las ediciones de los famosos Dos Días de Gales. Una carrera bastante embarrada a la que Montesa acudió con sus dos pilotos oficiales Elizalde y Llobet “ Turuta “, equipados con sendas monturas de carretera para desenvolverse en los húmedos y resbaladizos terrenos del País de Gales. ¿Resultado? Un importante fiasco producido por no ir adecuadamente preparados.

montesa brio cabra (2)

Derivada de la Brío, esta montura ideada para los caminos surgió del descalabro experimentado al presentarse con motocicletas no adaptadas a una prueba de motocross en Gales durante 1955

Montesa Brío Cabra, el inicio de las monturas camperas

Al regresar del Reino Unido – donde la afición al Motocross y el Trial estaba ya plenamente asentada – “ Turuta “ habló con la dirección de Montesa sobre la posibilidad de crear motocicletas específicamente diseñadas para el campo. Y bueno, aunque la idea no cuajó de forma inmediata lo cierto es que para 1957 se presentaba de forma cuasi experimental la Montesa Brío Cabra justo unos meses antes de que Xavier Bultó saliera de la empresa para fundar Bultaco.

Respecto a la base realmente utilizada existen controversias según la fuente consultada. Mientras las más de las referencias aluden a una Brío 80 – fabricada entre 1954 y 1955 con más de 7.000 unidades ensambladas – otras señalan a la Brío 91 – relativa al período que va entre 1956 y 1959 llegando a existir algo más de 5.000 unidades – . No obstante, las diferencias entre una y otra no son estructuralmente significativas más allá de lo relativo a la suspensión trasera incorporada a la 91.

En lo referido al motor, al estar hablando de una derivada de la saga Brío, la Montesa Brío Cabra se caracterizó por un motor monocilíndrico de 125 centímetros cúbicos que podría ir desde los 6,5CV extraídos en la 80 hasta los 10CV definitorios de la 90. De todos modos, las principales diferencias vinieron con las adaptaciones que se hicieron a esta nueva montura de cara a hacerla apta para la práctica del Motocross. Para empezar el cambio de posición de los dos tubos escape, encajados aquí en un mismo lateral con posición elevada y protecciones contra las quemaduras.

montesa brio cabra (1)

Gracias a ella se estableció un referente a partir del cual la marca trabajó para presentar en 1961 la Brío Cross. Eso sí, ya sin Xavier Bultó pues éste salió de la empresa en 1958 para fundar Bultaco

Tras esto, destacan los neumáticos de tacos, el cambio de posición del guardabarros delantero e incluso algunos detalles más concretos como un nuevo filtro de aire. Con todo ello, a la Montesa Brío Cabra se la extrajo un carácter mucho más adecuado para las pistas de tierra que el exhibido por las Brío de carretera. Sin embargo, a esta montura se la debe calificar más como algo experimental que como algo definitivo. De hecho, no existe siquiera una constancia clara sobre la cantidad de unidades producidas, por lo que incluso podemos aventurar el estar hablado sobre un modelo más de preserie que de serie como tal. Eso sí, la importancia de la Cabra fue absoluta, ya que actuó como eslabón entre las sugerencias de “ Turuta “ tras su experiencia galesa y la aparición en 1961 de la Cross. Sin duda, una de esas Montesa que pueden hacer las delicias de todo apasionado por la historia de la marca.

P.D. Primero se usó la denominación Cabra y, posteriormente, fue cuando cambió a Cappra en no pocas de las monturas de enduro producidas por la marca. 

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Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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