Desde el VW XL-1 Sport con su motor extraído de la Ducati 1199 hasta el Westfield Megabusa con su propulsor Suzuki, el automovilismo más reciente nos ha dado ejemplos dotados con mecánicas de moto. No obstante, ¿podríamos encontrar esto en tiempos pretéritos? Obviamente sí. Puesto que, al fin y al cabo, aunque la Historia nunca se repite siempre se muestra similar. Así las cosas, el interesante utilitario DKW F9 guarda una relación evidente con la Scott Model 3S. Una de las mejores motocicletas británicas previas a la Segunda Guerra Mundial. Tan exclusiva que, según la fuente consultada, contó con una producción de ocho a nueve unidades.
Pero vayamos al final de esta historia. De esta manera, deberemos situarnos en la Alemania de 1940. Un año sin duda complicado, donde la mayor parte de la industria germana se puso al servicio del esfuerzo de guerra requerido por el régimen nazi. Obviamente, llegados a este punto el floreciente sector automovilístico liderado por Mercedes, BMW y Auto Union paralizó casi todos los proyectos relativos a utilitarios, deportivos y coches de competición. Un trazo gordo donde quedó varado el prototipo DKW F9, cuyas primeras pistas se pueden rastrear desde 1937 como sucesor del F8. Además, gracias a un diseño donde los guardabarros se integran en la propia carrocería, el F9 lucía con un aspecto realmente innovador.
No obstante, la principal novedad se escondía bajo el capó. Lugar donde los ingenieros de Auto Union habían alojado un novedoso motor de dos tiempos y tres cilindros cuya fuerza llegaba al suelo a través del eje delantero. Un diseño poco común entre los utilitarios masivos previos a la Segunda Guerra Mundial, el cual posiblemente hubiera dado resultados meritorios de haber llegado a serie. De todos modos, investigando la génesis de aquel motor surgen pistas ineludibles sobre su origen en el Reino Unido. Es más, siguiendo fuentes procedentes del británico National Motorcycle Museum todo apunta a un origen concreto: la Scott Model 3S de 1936.
Esta marca siempre se había caracterizado por su pertinaz apuesta a favor de los motores de dos tiempos en una época donde esto no resultaba en absoluto común dentro de los fabricantes británicos
Scott Model 3S, una panoplia de novedades
Caracterizada por el uso de los motores de dos tiempos desde sus inicios en 1908, la Scott Motorcycle Company fue una de las empresas más exclusivas – y originales – de entre todas las aparecidas a comienzos del siglo XX en el Reino Unido. Además, su ansia de innovación y distinción no sólo se quedaba en lo referido a los motores. Lejos de ello, con modelos como la Flying Squirrel de 1926 fue puntera en el uso de elementos como la refrigeración líquida.
No obstante, si la Scott Motorcycle Company tenía un problema ése era su libro de cuentas. Siempre al filo del cierre, sus ventas eran tan escasas como excelente resultaba su reputación. De hecho, aún no siendo tan caras como las Brough Superior, su precio era el doble o incluso a veces el triple que el mostrado por modelos de otras marcas que podrían bien considerarse en el mismo segmento. De todos modos, en aquellos años las cosas se hacían de una manera diferente a la actual.
Por ello, en 1936 la empresa parecía reincidir en el error lanzando la Scott Model 3S. Una motocicleta sin duda soberbia, pero tan costosa de fabricar y exótica en sus planteamientos mecánicos que apenas consiguió vender unas pocas unidades. Sin embargo, teniendo en cuenta que la Scott Motorcycle Company cerró en 1969 eso ya importa muy poco. Por ello, hoy en día la Scott Model 3S se muestra como una de las motocicletas más fascinantes de entre todas las aparecidas en los años previos a la Segunda Guerra Mundial.
Realizadas con una excelente calidad de acabados, estas motocicletas llegaron a un notable grado de excelencia gracias a las audaces mejoras técnicas incorporadas
Para empezar, su motor con tres cilindros y dos tiempos sigue siendo una deliciosa rareza. Desarrollado en primer lugar con 797 centímetros cúbicos, finalmente apareció con 986 para llegar hasta los 48 CV a 5.200 revoluciones por minuto. Gracias a ello, la Scott Model 3S alcanza 137 kilómetros por hora aún pesando 222 kilos. Además, contaba con el novedoso sistema de refrigeración líquida presentado por la marca en los años veinte. También con una bomba de engranajes para bombear el aceite lubricante. Por si todo esto fuera poco a la hora de distinguirse, la Scott Model 3S cargaba el combustible en las maletas situadas en los laterales de la rueda trasera, quedando lo que parece el depósito libre para portar una surtida caja de herramientas. En fin, una verdadera maravilla que, además, inspiró al que podría haber sido uno de los mejores utilitarios de los años cuarenta si el régimen nazi no hubiera desatado la Segunda Guerra Mundial.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS