Todos o casi todos por aquí conoceréis la brutalidad de moto que presentaron los de Akashi hace unos años con la Kawasaki H2R, que es capaz de alcanzar 400 km/h, o su hermana más recatada con “solo” 231 CV, la Kawasaki Ninja H2, pero seguro que alguno no conoceréis el origen de la saga H2 de motocicletas ultraprestacionales de Kawa.
Hay que remontarse al año 1972 para encontrar la primera versión de esta serie H2; y como no podía ser de otra forma, sus cifras ya eran escandalosas, al menos para la época. Eso sí, la receta era totalmente distinta a las novedosas H2 actuales, pero igualmente muy pasional.
El motor era un rabioso y prestacional tricilíndrico en línea de dos tiempos de 748 cc, refrigerado por aire. Estaba alimentado por tres carburadores Mikuni VM30SC de 30 mm, con los que la moto tenía un consumo muy elevado y una autonomía muy escasa ,debido a un depósito no muy grande, de 16,7 litros.
Era capaz de entregar una potencia de 74 CV a 6.800 RPM y un par motor de 77,4 Nm a 6.500 RPM, lo que le hacía alcanzar una velocidad máxima de únicamente 193 km/h. Eso fue debido a una aerodinámica poco trabajada, siendo sin embargo capaz de conseguir unas aceleraciones rapidísimas para la época, 0-160 km/h en menos de 13 s o el 0-100 km/h en 5 s.
Pero si todas estas cifras aún no te están asustando, imagina conseguirlas en un chasis finísimo de doble cuna de acero tubular, unido a un basculante de igual rigidez y material, sin duda había que tener un corazón muy grande para ponerse a sus mandos y roscarle al mango para buscar sus prestaciones máximas.
La amortiguación tampoco se encontraba a la altura del propulsor, atrás montaba un par de amortiguadores gemelos ajustables en precarga, y delante una horquilla telescópica sin posibilidad de ajustes, con unas delgadísimas barras de 36 mm y 140 mm de recorrido, que tenía un rendimiento muy pobre.
En el apartado de frenos contaba con un disco delantero de 295 mm con una sencilla pinza de un pistón, y de la frenada trasera se encargaba un tambor de 203 mm. Las ruedas eran de 19 pulgadas delante y 18 pulgadas atrás, en las que se montaban unos neumáticos estrechos incapaces de trasmitir con dignidad la potencia y par que generaba el propulsor al asfalto.
La estética de aspecto clásico con faro redondo, grandes intermitentes, un asiento corrido de grandes dimensiones… desde luego no invitaban a pensar que estamos ante una de las motos mas rápidas de los años 70. Tan solo denota su carácter deportivo el bonito sistema de escape que cuenta con dos salidas por el lazo derecho y una sola por el lado izquierdo.
Quizá por eso la marca la anunciaba como una moto que no era para cualquier piloto, algo que no quedó del todo claro, pues pronto se ganó el apodo de “widowmaker” -enviudadora- en el mercado americano.
El comportamiento se podía mejorar en parte gracias a la posibilidad de equipar un amortiguador de dirección hidráulico que se vendía como equipamiento opcional. Otra de las modificaciones que se le solía realizar era equipar un segundo disco en su horquilla delantera, para poder frenar de una forma mas eficiente un conjunto que pesaba 192 kg.
Así que si queréis una moto setentera que acelere como un cohete -aunque con humo azulado- no se me ocurre una moto mejor que ésta, quizá su rival directa, la Suzuki GT 750, tenga un comportamiento mas equilibrado, pero el motor de esta Kawasaki es aún mas rabioso y prestacional.
De modo que si os cruzáis con la oportunidad de comprar una no lo dudéis, vuestra felicidad os lo agradecerá.
Calcula cuánto cuesta asegurar un Kawasaki H2 750 Mach IV con nuestro comparador de seguros.
Jesús Guillermo Pozo
Nací entre las historias de mi abuelo sobre su Derbi 125 Especial y el terrorífico sonido del escape 4 en 1 de la GPX 600 de mi tío y la belleza de su Vmax 1200. Mi padre, fue mi primer profesor con su viejo SEAT 127, y mi madre, cuenta que aprendí las marcas de los coches antes que el alfabeto.COMENTARIOS