La BMW R 80 GS es una moto muy interesante de la que sabemos muy poco por estas tierras dado que aquí apenas llegó cuando era nueva y hoy en día son un rara avis en nuestras carreteras. Este modelo fue el puente que nos condujo desde la BMW R 80 G/S, el génesis de tan ilustre familia, hacia las “modernas” R 1100 GS de los años 90 y todas las que vendrían después: R 1150 GS, R 1200 GS, R 1200 GS LC y finalmente la R 1250 GS que se ha presentado hace tan solo unos meses.
Para contextualizar, en 1980 se presentó la BMW R 80 G/S. Por aquel entonces era más una moto de enduro con motor “gordo” que una trail al uso como las conocemos hoy en día. El modelo fue un exitazo y ayudó a la casa bávara a salir de una profunda crisis en la que llevaba años inmersa. Sin embargo, aunque esta G/S fue la primera piedra, en el recién fundado segmento trail aún estaba todo por hacer.
Es por eso que tras siete años en el mercado llegó su sucesora en 1987: la BMW R 80 GS, esta vez sin la barra quebrada. Esta segunda generación marcaría la tendencia de la familia GS y del mundo del trail en general. De ser motos de enduro grandes pensadas para campo y carretera, la cosa fue perfilándose hacia una faceta más viajera.
BMW R 80 G/S (izquierda) y BMW R 80 GS (derecha)La idea de esta nueva generación era la de poder viajar hasta la otra punta del mundo, hubiera o no carretera, y con una cierta comodidad de la que carecía su antecesora; eso sí, sin llegar a reunir el confort de las grandes tourings alemanas coetáneas, eso llegaría después. Se mejoró la protección aerodinámica, se mejoró la ergonomía, y también la calidad de rodadura con una suspensión más sofisticada. Todos estos cambios hicieron de la BMW R 80 GS una moto mucho más rutera que su predecesora.
Solo hay que ver ambos modelos en foto para darse cuenta de las diferencias. La BMW R 80 G/S era algo así como una naked con ruedas de tacos y suspensiones de largo recorrido, una moto muy sencilla en cuanto a concepción y componentes. La BMW R 80 GS añadía un carenado en el frontal y una cúpula para proteger al piloto. También era habitual la instalación de una araña protectora alrededor del faro frontal, que pasaba a ser cuadrado, para proteger este órgano y en general toda la moto de las más que previsibles caidas.
El modelo estaba animado por el sempiterno motor bóxer de 800 cm3 de la casa bávara. Para estar hablando de una moto de finales de los ochenta la verdad es que no era ningún prodigio tecnológico, pero lo bueno de esta sencilla y primitiva mecánica era su robustez, su buen hacer, su buena reserva de par en marchas bajas y una vida útil prácticamente eterna.
Estos dos cilindros enfrentados refrigerados por aire y con culatas de dos válvulas erogaban unos aceptables 50 CV de potencia pero muy aprovechables. La alimentación se hacía todavía mediante carburadores, uno por cilindro. La caja era de cinco velocidades y el giro se transmitía a la rueda trasera por el clásico eje cardan de BMW.
Esta fue la primera GS en montar el sistema de suspensión trasero Paralever mientras que en el eje frontal aún habría que esperar unos años para ver el Telelever que estrenaría la BMW R 1100 GS, mientras que aquí tenemos que conformarnos con una horquilla convencional de 40 mm. En cuanto a frenada no iba especialmente sobrada, pero los años 80 eran así. Un solo disco de freno de 285 mm mordido por una pinza de dos pistones mientras que atrás se recurría a un masivo tambor de 200 mm.
Huelga decir que en esta generación BMW ya vió la necesidad de dividir la gama GS en dos subsegmentos, algo que ha mantenido con algunas excepciones a lo largo de los años desde entonces. Aparte de la BMW R 80 GS, estaba en catálogo la BMW R 100 GS que gracias a su motor de 979 cm3 erogaba 60 CV de potencia, para los que querían ese extra de reprís.
El modelo dejó de venderse en 1993 cuando llegó la BMW R 1100 GS, que ya con una orientación mucho más maxi trail entró de lleno en el mercado y fue la primera GS superventas. Una moto que ya no solo compraba la gente “rara” a la que le gustaba mancharse de barro, sino gente que buscaba una moto para viajar, sin más, pero que las touring les parecían demasiado armario y aburridas.
Quizá a alguno de vosotros os suene esta moto gracias a Miquel Silvestre ya que es su “princesa”, el modelo con el que atravesó media África, viaje que narra en su libro “Un millón de piedras”. Si os gusta la literatura de viajes y en general las aventuras en moto, es un texto 100% recomendable.
La BMW R 80 GS ya es toda una clásica y de segunda mano cotiza como tal. Son motos de culto y ya sabéis que la secta religión GS tiene muchos adeptos por lo que los precios no son para nada baratos y además muy variables dependiendo del valor sentimental de cada dueño. Esta moto es para entusiastas de las siglas GS, no obstante, para ahorraros esa visita a Milanuncios, os diré que andan entre 5.000 y 8.000 euros, demasiado por una moto que, si obviamos su valor histórico, no deja de ser tecología de hace 30 años.
Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.Es un artículo con poco conocimiento de la moto. Describir que es antigua, que frena poco, etc, no aclara nada que no se sepa de motos de los años 80-90.
Pero el hecho de crear una saga como GS, es motivado de sus muchas virtudes, no descritas en el artículo