Moto del día: Lube Max 250

Moto del día: Lube Max 250

Ensamblada a partir de las piezas enviadas por NSU desde Alemania, esta Sport-Turismo fue un excelente modelo en la España del momento


Tiempo de lectura: 4 min.

Desde el punto de vista contable, la Lube Max 250 no fue precisamente la motocicleta más importante en la historia de la casa vasca. De hecho, por motivos que veremos más adelante siquiera lo fue en términos de innovación propia. Así las cosas, a esta máquina hay que entenderla en razones de prestigio. Y es que, en 1954, presentar algo así en el mercado español era todo un logro que hablaba a las claras sobre la calidad inherente a la empresa correspondiente. Con todo ello, lo mejor será ir paso a paso de cara a entender cuáles fueron los puntos clave de este modelo nacido en Alemania y comercializado en España bajo el sello de Lube.

Para empezar, lo primero a tener en cuenta es la diferencia entre fabricación bajo licencia e importación. En este sentido, respecto a licencias en España entendemos bastante. No en vano, aunque durante los años cincuenta la economía fue mejorando al tiempo que dejaba atrás los tiempos más duros de la posguerra, la verdad es que en materia de diseño aún se adolecían faltas evidentes. De esta manera, aún teniendo capacidad de producción, en España faltaba una ingeniería propia al nivel del resto de Europa.

Un problema al cual vinieron a dar soluciones las licencias extranjeras. Especialmente las italianas, gracias a las cuales pudieron echar a andar Lambretta Locomociones, Motovespa, Moto Scooter, ISO Motor Italia e incluso la propia SEAT en el campo de los automóviles. Llegados a este punto, que Luis Bejarano echase mano de sus contactos en Alemania para firmar una sociedad tecnológica con NSU -en los cincuenta el mayor fabricante de motos del mundo, antes de ser barrido por Honda en la década posterior- no tenía nada de extraño. No obstante, en el caso de la Lube Max 250 sí existió una singularidad. Y es que ésta no se producía en España bajo licencia. Lejos de ello, Lube consiguió uno de los escasísimos permisos de importación concedidos por el Ministerio de Industria -altamente proteccionista de aquellas- de cara a traer la piezas de la moto ya fabricadas desde Alemania. Tras esto, la marca sólo había de ensamblarlas y poner su enseña en aquellas turismo.

Lube firmó un acuerdo con NSU gracias al cual las piezas de esta motocicleta venían desde Alemania para ser ensambladas en el País Vasco como si fuera un producto nacional

Lube Max 250, fabricada en Alemania ensamblada en Euskadi

Durante los tiempos en los cuales el proteccionismo caracterizó a la relación de la industria motociclista para con el exterior, operaciones comerciales como la de la Lube Max 250 no eran del todo extrañas. Y es que, debido a determinados azares y movimientos legales, aunque las piezas vinieran de Alemania, si eran ensambladas aquí se podía considerar al producto resultante como nacional. Gracias a ello, se evitaban las tasas de aduana, responsables de hacer extremadamente inaccesible a cualquier motocicleta de importación.

De esta manera, aunque la Lube Max 250 es básicamente una NSU Max 250 ensamblada en el País Vasco, entró al mercado nacional en las mismas condiciones que las Montesa o Derbi. Dos de las marcas que, a mediados de los años cincuenta, estaban fabricando modelos turismo con cilindradas y potencias equiparables a las de este modelo. Un modelo que, dicho sea de paso, mandó un mensaje publicitario claro a la población, ya que sacaba músculo de la alianza firmada entre Lube y NSU.

Equipada con un monocilíndrico de cuatro tiempos -algo que en España sólo ejercitaba con normalidad Sanglas- de 247 centímetros cúbicos, esta motocicleta podía llegar hasta los 126 kilómetros por hora en sus preparaciones de serie aunque, en las de competición, se rebasaba los 190. De hecho, en la variante Sportmax llegó a cosechar un Mundial de 250 centímetros cúbicos. Sin embargo, aquí su potencia se usó para configurar una Sport-Turismo. Es decir, una máquina que, aún con un innegable nervio, estaba pensada para cubrir largas distancias con comodidad.

lube nsu max 250 (2)

En la España de la época estas Sport-Turismo se prodigaban poco debido a su precio. De todos modos, a Lube este modelo le salió a cuenta porque le daba una muy buena imagen de marca

Además, gracias al afinado sistema de bielas y engranajes su funcionamiento resultaba bastante silencioso. Todo ello rematado con unos interesantes acabados y cromados que daban a esta montura un aspecto a la altura de las Derbi 350 y Sanglas con las que la Lube Max 250 habría de compartir el segmento de las turismo con mayor cilindrada en la España de aquellos años. Eso sí, hablamos de un nicho de mercado muy concreto debido a las limitaciones de presupuesto obvias en la población del momento, por lo que de esta máquina sólo se vendieron unas 500 unidades en cinco años. Cifras escasas que, hoy en día, hacen de esta Lube una verdadera motocicleta de colección.

COMPARTE
Sobre mí

Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

3
COMENTARIOS

avatar
2000
 
smilegrinwinkmrgreenneutraltwistedarrowshockunamusedcooleviloopsrazzrollcryeeklolmadsadexclamationquestionideahmmbegwhewchucklesillyenvyshutmouth
Foto
 
 
 
  Suscribir  
el más nuevo el más antiguo
Notificar de
Juan 6
Invitado
Juan 6

Geniales artículos! Sería de agradecer más fotos y la de portada no la tapes con títulos 👍🏻👏🏻

Javi Martín
Editor

Hola Juan. El título tapando la foto es por el diseño general del portal. Se lo vamos a comentar al director, a ver que opina. ¡Gracias!

cacho_perro
Invitado
cacho_perro

Esa moto la tuvo mi abuelo que en paz descanse, le fabricó un asiento a medida y un par de amortiguadores ara mejorar la comodidad (venía de serie sólo con un asiento monoplaza de muelles como el de la foto), un segundo escape “de adorno” y la joya de la corona: le acopló un sidecar que fabricó con sus propias manos en su taller en sus ratos libres tipo “torpedo” que era mejor que el que vendía la propia NSU en todos los aspectos (hasta tenía luz propia…). Esa moto fue famosa por su ciudad, viajaba con ella con toda… Leer más »


NUESTRO EQUIPO

Pablo Mayo

Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

Ángel Arias

La historia del automóvil está llena de grandes emprendedores, de ideas arriesgadas, curiosas casualidades, irreconciliables enemistades y muchos fracasos. Es un mundo intenso y fascinante del que muchos hemos quedado cautivados. Cualquier vehículo con un motor me parece interesante, ya sean motocicletas, automóviles, camiones, aviones o barcos; es estupendo sentir la brisa del viento en la cara sobre uno de ellos. Si estáis aquí es porque compartimos afición.