Se nos cae la baba con la KTM 1290 Super Duke RR

Se nos cae la baba con la KTM 1290 Super Duke RR

Una Superbike sin carenado y con una relación peso-potencia de 1:1


Tiempo de lectura: 4 min.

KTM, especialistas en motor “de campo”, sí… la verdad es que KTM se ha convertido en un fabricante especialista en motocicletas deportivas, sin importar el terreno por donde se vaya a circular y lo demuestra con cualquier modelo, o casi. Pero, aunque la marca se hiciera conocida por sus motos “de campo”, KTM ya fabricó modelos para carretera anteriormente, de hecho, la primera moto de la marca, la KTM R100, era un modelo de turismo y no de motocross o de enduro.

De todas formas, una cosa es como se empieza y otra como se acaba, y ahora KTM es una referencia cuando se trata de crear motocicletas radicales para asfalto. Y no lo decimos por la KTM RC8, sino por sus Duke, motos que empezaron siendo algo muy cercano a una Supermotard –¿nadie recuerda aquella primera KTM Duke 620 de 1994 o la Duke II de 1998?– y que ahora son naked de talante bastante agresivo y de prestaciones muy respetables. Y sí, también metemos en el saco a las pequeñas de 125, pues a pesar de estar en el límite de potencia de la categoría, su comportamiento en carretera está a un nivel muy bueno.

Y entre las Duke, no podemos pasar por algo las Super Duke, en especial las RR, las versiones más radicales del modelo, dotadas de unas prestaciones que podrían poner muy nerviosos a los propietarios de Superbikes en carreteras de montaña. La primera Super Duke RR apareció en 2021 y fue un éxito, ofreciendo un concepto de motocicleta que tiene muchísimo seguidores en todo el mundo. Hablamos de una naked radical, casi de carreras, con motor de Superbike, una rival directa de las Ducati Streetfighter o de las Aprilia Tuono. Y curiosamente, estamos ante un concepto de moto que solo parecen explotar los fabricantes europeos, ya que los japoneses no llegan tan lejos.

Ahora, KTM ha vuelto a reeditar esa receta y ha puesto en circulación una nueva iteración de su naked más deportiva, la KTM 1290 Super Duke RR, que al igual que ocurrió en 2021, llega en tirada limitada a 500 ejemplares para Europa y Reino Unido, lo que hace de esta moto un objeto de deseo para muchos y un capricho para pocos.

KTM 1290 Super Duke RR (2)

Como hemos dicho antes, la KTM 1290 Super Duke RR es casi una Superbike sin carenado. De hecho, sus prestaciones las anunciaban motos como la Yamaha R1 hace un puñado de años, aunque con soluciones muy diferentes. La Super Duke RR está animada por un motor de dos cilindros y 1.301 centímetros cúbicos, que anuncia 180 CV, aunque lo más espectacular es su cifra de par: 140 Nm. Hay coches que anunciar un par motor muy similar, pero pesan 1.000 kilos más… La firma austriaca homologa 180 kilos para esta nueva Super Duke RR, lo que, sobre el papel, supone una relación peso potencia de 1:1, es decir, 1 kilos por cada caballo.

La carta de presentación es, sin duda, más que interesante, pero de nada sirve una relación peso-potencia semejante, si no cuenta con un equipamiento a la altura. Esto es algo básico que todo el mundo debería saber, aunque luego no siempre se le preste la atención merecida. Así, para asistir al característico chasis tubular de acero, recurre a suspensiones WP tanto delante como detrás –horquilla APEX PRO 7548 de cartucho cerrado y multirreguable y amortiguador trasero APEX PRO 7117–, tiempo que los frenos corren a cargo de Brembo, con pinzas radiales y discos de 320 milímetros delante.

KTM 1290 Super Duke RR (3)

Para rematar el conjunto hay mucha fibra de carbono –incluido un subchasis–, llantas forjadas y por supuesto, una línea completa Akrapovic para el escape.

A todo esto hay que sumarle una electrónica muy completa, con ABS con sensor de inclinación, anti wheelie, control de salida, modos de conducción Track y Performance…. Y por si fuera poco, se puede recurrir al catálogo KTM PowerParts para llevar la moto un poco más allá.

Solo se vende bajo pedido, pero seguramente ya no quede ni una…

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Sobre mí

Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

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