Yamaha ha ido poco a poco renovando su gama MT, cuyas siglas se refieren a Master of Torque. Después de que el año pasado fuese el turno de la Yamaha MT-07 y MT-09, y el anterior la Yamaha MT-125 y MT-03, ahora le ha tocado al modelo más potente de toda la saga. La Yamaha MT-10 2022 no será el modelo más vendido, pero hoy en día las marcas necesitan de nuevo tener representación en el segmento de las hyper-naked, es decir, esas motos derivadas de las Superbikes pero a las que se le ha eliminado todo lo que no es estrictamente necesario. Potencia desnuda y despiporre.
Seguramente el modelo saliente de la Yamaha MT-10 no es una moto que veas asiduamente por la calle. Por una MT-10 te encuentras veinte MT-07, diez MT-09, siete MT-125 y tres o cuatro MT-03. No es una moto barata, no es apta para todos los públicos y su aspecto robótico (no está claro si es un Autobot o un Decepticon) hace que esté orientada a un público muy concreto. Ahora y gracias a la renovación de 2022, su aspecto seguirá enamorando u odiando, pero donde hay un consenso común es que su potencia, parte de ciclo y electrónica está situado en lo más alto.
Y es que si tomas como modelo base la Yamaha YZF-R1, habría que ser un muy mal ingeniero para crear una naked que fuese mala. Sobre todo si el punto álgido del diseño es el motor CP4 (Euro 5) de 998 cc y calado a 270º (crossplane). En esta actualizada versión 2022, se beneficia de pistones forjados de aluminio ligero, bielas desplazadas y cilindros directamente cromados para garantizar la máxima eficiencia, además de una serie de nuevas características específicas para este modelo diseñadas que mejoran la sensación de par motor. No se usa bielas de acero como en la R1, mejorando así el comportamiento a medo régimen, utilizando también para ello un cigüeñal con mayor inercia.
La programación específica de la inyección hace que entre 4.000 y 8.000 RPM, el impuso sea más lineal. Los sistemas de admisión y escape aumentan la entrega de par. Y a pesar del aumento de potencia, el consumo es menor. Hablamos de una entrega de 165,9 CV a 11.500 vueltas y un par máximo de 112 Nm a 9.000 RPM. El consumo es de 6,83 l/100, con lo que si tenemos en cuenta que el depósito no es muy grande (17 litros), tendremos que buscar gasolinera una vez superado los 200 km.
Una de las señas de identidad de esta nueva MT-10 2022 es su sonido de admisión y escape. Yamaha ha trabajado en crear una sintonía específica (si algo sabe Yamaha es de sonido), creando un nuevo sonido de admisión gracias a la incorporación de una nueva caja del filtro de aire con tres conductos de admisión de distintas longitudes y secciones transversales. Cada conducto produce un sonido de admisión diferente y está diseñado para que resuene de forma armoniosa según los distintos regímenes de giro, sobre todo entre los 4.000 y los 8.000 RPM. Las rejillas amplificadoras acústicas a cada lado del frontal, aumentan la percepción y sensación de aceleración, sobre todo porque las vibraciones llegan perfectamente al piloto a través de ellas.
En cuanto al escape, estrena un sistema completamente en titanio que ha sido rediseñado. El escape se escucha más a bajas vueltas, luego toma el relevo la admisión y en última instancia, vuelve a sentirse el aullido del escape cuando se acerca a la zona roja del cuentavueltas.
El chasis es el mismo Deltabox de la Yamaha R1, un doble viga de aluminio con motor autoportante y basculante fabricado en el mismo material. A él se ancla una horquilla invertida KYB de 43 mm completamente ajustable, así como un amortiguador trasero también KYB y regulable. Hay también una nueva bomba de freno radial, la cual trabaja sobre los mismos discos de 320 mm con pinza de anclaje radial y cuatro pistones, asistidos por otro trasero de 220 mm. De serie monta Bridgestone Battlax Hypersport S22 en medida delantera de 120/70-ZR17 y trasera de 190/55-ZR17.
Ahora la Yamaha MT-10 2022 está a otro nivel desde el punto de vista electrónico y de ayudas a la conducción. Nos encontramos con una IMU de 6 ejes, que traducido a lenguaje mundano son dos sensores que miden la velocidad angular en tres ejes (inclinación, balanceo y guiñada), y también en otros tres (adelante/atrás, arriba/abajo e izquierda/derecha). Todo los datos los gestiona la ECU, junto a las ordenes que le transmitimos mediante el acelerador electrónico sin cable APSG ride-by-wire, y cuatro modos de potencia seleccionables: El modo PWR-1 es el adecuado para una conducción agresiva en circuito; los modos PWR-2 y PWR-3 ofrecen una respuesta del acelerador más suave que permite al piloto disfrutar del par lineal de la moto y el modo PWR-4 ofrece una respuesta más suave, idónea cuando la superficie del asfalto está mojada o ofrece poco agarre.
Cuenta además con otros elementos como el Sistema de control de tracción sensible a la inclinación, Sistema de control de deslizamiento (SCS – control de tracción activo en curva), Sistema de control LIFT (LIF – antiwheelie), Gestión del freno motor (EBM – freno motor) configurable en dos niveles de intervención, Control de los frenos (BC – ABS en curva) o Control de pilotaje Yamaha (YRC), el cual permite seleccionar cuatro modos de conducción, modificando la intervención de las citadas ayudas. El modo A está pensado para una conducción deportiva, el modo B, para una amplia variedad de condiciones, el modo C está adaptado al uso urbano y el modo D, para lluvia o condiciones de poco agarre.
Los modos vienen preconfigurados, pero pueden ser personalizados. Hay también sitio para un cambio rápido tipo quickshit tanto para subir como para bajar marchas, además de un control de crucero denominado por Yamaha Limitador de Velocidad Variable Yamaha (YVSL). Todo se maneja desde una pantalla TFT a todo color de 4,2 pulgadas, con dos interruptores situados uno en cada lado del manillar, y acceder así a las funciones sin soltar las manos.
Desde el punto de vista del diseño, la Yamaha MT-10 2022 estrena un nuevo frontal con doble óptica LED mono foco, de luces largas y cortas separadas. Las luces diurnas LED están situadas encima de los faros. El colín es muy compacto, con un piloto posterior LED de menores dimensiones. Ergonómicamente, el depósito es menor radical en sus formas, permitiendo así un mejor agarre de las rodillas a acelerar y frenar, además de una mayor libertad en las curvas. El asiento es también más cómodo.
La nueva MT-10 de Yamaha estará disponible en tres colores. Cyan Storm: una evolución del histórico DSOJ en una nueva e inspiradora dirección que ofrece una nueva visión de los colores de tendencia y técnicos. Icon Blue: un nuevo y dinámico color inspirado en las motos Yamaha oficiales de competición que tiñe de azul los paneles de la carrocería y los aros de las llantas. Tech Black: proyecta un aspecto sobrio y atractivo que tiñe de negro por completo la carrocería y los aros de las llantas.
Las entregas a los concesionarios Yamaha europeos comenzarán a partir de febrero de 2022. Los precios todavía no se han hecho públicos.
Ender
Japan Rules!!COMENTARIOS