Hoy día no nos extraña un concepto de moto mixta carretera/campo, pero en 1980 fue una gran novedad. La BMW R 80 G/S era una moto de carretera con capacidad para salir de ella, aunque era un poco pesada si se comparaba con las Montesa que había por entonces para ese propósito. Su nombre viene del alemán Gelände/Straße (off-road/carretera) y se convirtió en un mito muy valorado hoy día. De hecho, uno de los últimos modelos NineT lo homenajea incluyendo su combinación de colores.

La R 80 G/S se basaba en el chasis de la  R 65, con un sencillo motor bóxer refrigerado por aire de 797 cm³ y una potencia de 50 CV, fiable y de sencillo mantenimiento. Entre sus soluciones técnicas podemos destacar el basculante monobrazo trasero, que permite retirar la rueda con facilidad, o la transmisión por cardán. El piloto se acomodaba sobre un manillar ancho y era una delicia a la hora de enlazar curvas, en parte por la elasticidad de su motor bóxer, que sin ser muy potente, era muy aprovechable en un amplio régimen de revoluciones.

Con el tiempo demostró ser una moto fiable, cómoda para carretera (la prensa de la época la tildó como una excelente moto en ese sentido) y práctica. Su leyenda aumentó cuando ganó el París-Dakar de 1984 con Gaston Rahier a sus lomos. Previamente, en 1981, hubo una versión llamada París-Dakar -de producción en serie- que homenajeó la victoria de Hubert Auriol con una BMW en esa prueba por vez primera. Si algún día te haces con una de las supervivientes de una producción 22.000 unidades, considérate afortunado.

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