Moto del día: Douglas Speedway Fay Taylor

Moto del día: Douglas Speedway Fay Taylor

Además de ser una campeona del Speedway por derecho propio, Fay Taylor interpretó una de las biografías más potentes del motociclismo deportivo.


Tiempo de lectura: 5 min.

Al igual que en el resto de deportes a motor, la historia de la mujer en el campo del motociclismo es una historia marcada por la discriminación. De esta manera, y más allá de las evidentes indignaciones políticas a las que esta situación nos pueda arrastrar, da pavor pensar en la cantidad de potenciales diseñadoras, ingenieras y mujeres piloto que nuestra afición se haya podido dejar por el camino. No obstante, aún superando multitud de dificultades e incluso imposiciones legales contrarias a la más mínima igualdad, algunas mujeres han conseguido superar barreras y, a la postre, dejar en evidencia las cadenas del sexismo.

Así las cosas, incluso en los tiempos iniciáticos para el motociclismo deportivo podemos encontrar biografías en este sentido. Biografías como la de Fay Taylor. Irlandesa nacida en 1904 y que, contra todo lo previsto por su familia de corte aristocrático y conservador, logró destacar por libre en el motociclismo hasta que la acción política del estado británico se lo impidió. Pero vayamos por partes. De esta forma, lo mejor será entender cómo Fay Taylor se inició en el mundo de las dos ruedas.

Víctima de un desengaño amoroso, logró reunir unos pocos ahorros con los que marcar su nueva individualidad gracias a una Levis con dos tiempos. Tras ésta, su primera máquina apta para la competición fue una AJS con 348 centímetros cúbicos. De aquellas, perfecta para introducirse en el Cross según los cánones de la época. Sin duda, mucho menos especializados y exquisitos en referencia al Off-Road de lo que la especialización comenzada en los años sesenta acabó generando. Es más, antes de la Segunda Guerra Mundial – e incluso hasta bien entrados los cincuenta y sesenta – las motocicletas camperas no eran, en su mayoría, más que modelos turismo adaptados de forma somera. A partir de aquí, Fay Taylor entró en las carreras de Scrambler teniendo que entrenar mientras escondía su identidad pues, sencillamente, no estaba permitido participar a las mujeres.

1928 (1) (Copy)

La discriminación hacia la mujer en el deporte no sólo se ejercía de manera cotidiana, sino que incluso existieron leyes en este sentido a fin de vetar el éxito creciente de profesionales como Fay Taylor

Fay Taylor, la estrella del Speedway

Con una carrera llena de dificultades a las que ningún hombre se tendría que enfrentar por el mero hecho de su sexo, Fay Taylor logró abrirse un hueco en el Reino Unido a base de ser realmente competitiva. Algo que le hizo ganar el favor en ciertos ámbitos – parte de la afición sentía respeto por ella, e incluso alguna marca vio en su historia un filón publicitario – aunque, al mismo tiempo, sembró una enorme antipatía entre quienes no soportaban la idea de verse superados en la pista por una mujer.

Llegados a este punto, tras un excelente desempeño en la temporada de 1928 Fay Taylor se trasladó al año siguiente hasta Australia en solitario. Atraída por la vibrante escena del Speedway dada en aquel país, esta intrépida piloto consiguió inscribirse en las parrillas de salida aunque en ellas estaban vetadas las mujeres. Además, en este momento se produjo un punto de inflexión notable en su carrera, ya que adquirió la motocicleta a la que más se le ha unido: una Douglas 500 preparada para las carreras en óvalo de tierra gracias a un centro de gravedad especialmente bajo.

Y sí, aquí llegó su momento. No en vano, consiguió derrotar a los ases locales del Speedway en sus propias pistas. Una hazaña que bien le podría haber dado el definitivo pasaporte a la igual aunque, a decir verdad, provocó justo lo contrario. De hecho, incluso la propia administración británica se afanó en truncar su trayectoria – y la de las mujeres que podrían estar por llegar – aprobando una medida mediante la cual se ceñía únicamente a los hombres la participación en las carreras motociclistas.

1928 (3)

Tras ganar en Australia a los campeones de la potente escena local del Speedway, Fay Taylor regresó al Reino Unido para encontrarse amargamente con la prohibición por parte del estado a su participación en las carreras de motociclismo

Debido a ello, al regresar en 1930 al Reino Unido tuvo que abandonar la competición en el mundo de las dos ruedas abrazando así su participación en el automovilismo deportivo. Una carrera que no abandonó hasta 1959. Año en el que, definitivamente, colgaba el casco y el mono de pilotaje. Tras de sí dejaba una estela audaz con la que inspirar a futuras pioneras aunque, desgraciadamente, sus simpatías políticas hacia el nazismo marcaron de forma sombría gran parte de su biografía. Es más, a causa de ello tuvo que pasar unos años en Estados Unidos ejerciendo como importadora de automóviles británicos, dejando pasar el tiempo tras haber sido encarcelada de manera cautelar durante el desarrollo de la contienda dadas sus conexiones germanas. No obstante, nadie puede negar a Fay Taylor una gran valía para el motociclismo así como una trayectoria realmente asombrosa. De hecho, La Mala Suerte Ediciones ha rescatado y traducido su biografía en un libro que bien merece la pena. Sólo una pieza más en su cuidado y loable catálogo, del cual hablaremos en breve con la calma y el reposo que se merece una editorial así. Una de esas que apuestan por los libros de fondo destinados a permanecer en las estanterías y mesas de trabajo.

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Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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