La Kawasaki Versys-X 300 es una trail mixta polivalente de baja cilindrada, una moto un poco diferente a lo que están haciendo el resto de fabricantes en el segmento A2 y que en cierta medida va a su “bola”. Hoy le vamos a pasar revista a la trail más pequeña y también la más campera, curiosamente, de la firma de Akashi.

El modelo llegó a los concesionarios hace poquito, en 2017, para completar una gama que en nuestro país ya iba bien surtida en las cilindradas superiores con las Versys 650 (desde 2007) y Versys 1000, aunque la verdad es que ninguna de estas dos tiene un diseño enfocado al offroad.

Esta moto se presenta como una propuesta sencilla, ligera, económica… para ofrecer una moto polivalente y versátil (como reza el nombre) enfocada en países en vías de desarrollo: Asia y América del Sur principalmente. Estos mercados son muy atractivos para los principales fabricantes de motocicletas por el gran volumen de ventas que suponen.

La Kawasaki Versys-X 300 está animada por el viejo conocido bicilíndrico en línea de 296 cc que conocimos por primera vez hace ya años en la Kawasaki Ninja 300. En mi opinión, no es la mejor mecánica que se me ocurre para una moto con este planteamiento, y os explico por qué.

Tiene poca cilindrada, aunque la potencia es generosa: 40 CV. El motor deriva de una deportiva, donde el hecho de sacar mucha potencia con poco cubicaje es la tónica general, y donde se presupone que vamos a practicar una conducción sport subiendo mucho el motor de vueltas.

El problema es que la Versys es una trail, una moto con un planteamiento más rutero, funcional, del día a día, polivalente… entonces se presta más a un tipo de mecánica con mejores bajos y más fuerza y potencia sin necesidad de tener que revolucionar la máquina ad infinitum. Para que os hagáis una idea, los 40 CV están disponibles a 11.500 RPM.

El motor está muy bien, no me malinterpretéis: ocho válvulas, refrigeración líquida, inyección, seis velocidades… pero me pega más en una Ninja o en una Z que en esta Versys. Habrá que ver si en un futuro los japoneses se animan a montar en esta moto el nuevo propulsor de 400 cc que ya usan desde hace poco más de un año la nueva Kawasaki Ninja 400 y Kawasaki Z 400, que da más potencia (45 CV) a menos vueltas (10.000 RPM).

Por lo demás, la moto tiene una apariencia sencilla y austera. Se la ve pequeñita, manejable… no busca ocultar que es de baja cilindrada, a diferencia de otras motos más “postureicas” como las nuevas Macbor XR5 Montana o la Benelli TRK 502, de planteamiento más accesible si cabe.

En el apartado ciclo destacaba su faceta multipropósito y que no le hace ascos al campo, aunque no me malinterpretéis. No estamos ante una moto de hacer trialeras y pistas muy chungas. Simplemente es una trail polivalente que se atreve a meterse por caminos y pistas, pero no con un offroad salvaje.

El principal límite lo pone la altura libre al suelo, con 180 mm, que son algo escasos a nada que el terreno se arrugue y se vuelva irregular. La suspensión también es algo escueta, con 130 mm de recorrido en unas barras convencionales de 41 mm. El tren trasero mejora algo estos registros con un monoamortiguador de 148 mm de amplitud.

No son unos recorridos muy largos, pero a su favor la moto juega con un peso en orden de marcha bajo (175 kg) que sin duda ayuda a no estresar tanto las suspensiones. La nota positiva en campo la ponen las llantas de radios con medida de 19 pulgadas delante, lo cual da para hacer algunos pinitos por tierra.

En general, la Kawasaki Versys-X 300 me parece una propuesta válida e interesante, especialmente ahora que se vende por 5.700 euros, un paso por detrás de las trails de 500 cc a las que tiene que hacer frente en nuestro país.

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