En la Segunda Guerra Mundial se utilizó por primera vez la infantería aerotransportada de forma masiva. Este artefacto, llamado Cushman 53, Model 53 o G-683 (denominación interna del ejército), se diseñó para ser lanzado en paracaídas. Sus funciones eran el transporte ligero, reconocimiento y labores de enlace en el campo de batalla.
Cushman Motor Works empezó a funcionar en 1903, es una compañía centenaria que sigue activa en la actualidad. El 29 de abril de 1943 surgió una oportunidad que supo aprovechar, el ejército de Estados Unidos comunicó los requisitos de una moto aerotransportable para el esfuerzo bélico. Sus ingenieros se pusieron manos a la obra, ya que acumulaban experiencia con scooters desde 1936.
Dos empresas participaron en el concurso, y el Model 53 fue el elegido un 17 de febrero de 1944. Faltaban pocos meses para la invasión de Europa, la operación “Overlord”, y las tropas paracaidistas necesitaban un vehículo que fuese compacto y ligero. En parte se tomaron ideas de su equivalente británico, Excelsior Welbike, que se había empezado a producir con anterioridad.
Este vehículo tiene lo imprescindible para transportar a un soldado y, opcionalmente, un carrito militar. Tiene un motor, dos ruedas, un asiento, un sistema de freno elemental y poco más. Tenía que poder vadear un pie de agua (305 mm), subir rampas del 25 % o recorrer al menos 160 kilómetros con un galón (3,78 l). Su capacidad de carga es de 250 libras o 113,4 kg.
Con un peso de poco más de 115 kg, podía lanzarse desde aviones C-47 (versión militar del Douglas DC-3) o planeadores. Para ello cuenta con dos anclajes para el paracaídas, uno detrás del “escudo frontal” y otro tras el pequeño barril que almacena la gasolina. Las únicas concesiones al confort eran los guardabarros y los muelles del asiento, ya que no tenía suspensión.
Para mover el vehículo se recurre a un motor diseñado por Cushman en los años 20, el 16M71 “Husky”, un monocilíndrico de cuatro tiempos y 242 cc que entregaba 4,6 CV. Tengamos en cuenta que funcionaba con gasolina de 60 octanos hacia arriba. La velocidad máxima que podía alcanzar eran 40 millas por hora, poco más de 64 km/h, en segunda. Se arrancaba a “patada” mediante un pedal bajo el asiento.
Para simplificar su fabricación y posibles repuestos, las ruedas son del mismo tipo que las empleadas en la cola de varios aviones militares. La delantera es una Firestone 6×6 2 PLY y la trasera una Cushman Autoglide 4 PLY M&S. Solo tiene un freno en la rueda trasera de tambor que se acciona mediante un pedal a la derecha.
Además del soldado en cuestión, el Cushman 53 podía tirar de un carrito M3A4. En este carrito se podía instalar una ametralladora de calibre .30 o .50, un mortero de 81 mm, bobinas de cable para comunicaciones, etc. Este carro puede ser transportado entre cuatro hombres mediante asideros laterales.
En caso de duda, los soldados podían consultar el manual técnico TM 9-876
Los Cushman Model 53 se emplearon en el teatro de operaciones europeo. Su bautismo de fuego fue en las horas previas al Día D (6 de junio de 1944), cuando se lanzó a las divisiones 82 y 101 aerotransportadas de los Rangers sobre Normandía (Francia). También se emplearon en la fallida invasión de Holanda (operación “Market Garden”) ese mismo año.
La producción del Cushman 53 fue de unas 5.000 unidades. Después de la guerra se comercializó una versión de uso civil con un poco más de equipamiento, Cushman 53A Civilian Airborne, si bien no tenemos constancia de que fuesen lanzados en paracaídas. Su éxito comercial fue muy discreto. En España hay por lo menos una unidad del modelo militar que rueda con matrícula histórica.
Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes), las motos siempre me han inspirado mucho respeto, y sin saber cómo, ya me han enganchado.COMENTARIOS