He de reconocer que me gusta la Aprilia Shiver 900. Creo que es un tipo de moto muy interesante hoy en día para un buen número de moteros, especialmente para aquellos que disfruten en salidas de fin de semana buscando curveo y diversión sin complicaciones. Estamos ante una bonita moto naked con diseño italiano y una parte ciclo eficaz, al estilo de Noale. Aunque sus 95 caballos hoy en día pueden parecer “pocos” en comparación a las salvajadas que se venden por ahí, lo cierto es que con 900 cm³ podemos decir sin temor a equivocarnos que es una moto de gran cilindrada.

La actual generación con el motor de 900 se ha comenzado a vender en 2017, sustituyendo a la anterior Aprilia Shiver 750. En general es la misma moto, solo que por temas de la norma Euro 4 los italianos actualizaron el motor presentando esta nueva variante con 150 cc extra, pero manteniendo la potencia intacta. Se gana en par y respuesta y a su vez bajan las emisiones, “rightsizing” lo llaman. Por lo demás, en Noale aprovecharon a darle un lavado de cara a la estética y la gama de colores del modelo.

Como decía, me gusta esta moto, y me gusta porque es diversión práctica, diversión racional, diversión sin complejos. Es una moto que te compras si te gusta salir a hacer curvas y practicar una conducción dinámica. Una moto paras volver todos esos días a casa con una sonrisa en la cara. Pero también es una moto para el que no quiere algo salvaje, difícil de gobernar y que encima te cueste más moverla que mantener un hijo tonto.

Digo que es divertida porque es ágil y juguetona, una moto con la que coges confianza rápido y empiezas a trazar curvas de lado a lado con placer, con seguridad en ti mismo y en la conducción. No es de estas motos complicadas de gobernar y de las que cuesta hacerse a ellas. Tampoco es una moto que te pida ir a velocidades ridículas en vía pública para pasártelo bien, a diferencia de muchas R.

A nivel mecánico cuenta con el motor bicilíndrico en V a 90 grados original de Aprilia (los tiempos en los que compraban los motores a Rotax ya quedaron atrás). Es la misma mecánica que monta la Aprilia Dorsoduro 900, una moto más radical y divertida en curveo, pero menos polivalente.

Eroga 95 CV de potencia, ideal para limitar para el carné A2, aunque seguramente podrían haberle sacado más a esa pareja de pistones. En cuanto a fiabilidad, parece que estos nuevos motores están saliendo buenos y que llegan a kilometrajes elevados sin mayor problema.

De todas formas, volviendo a la potencia, no nos podemos quedar solo en el número. Os podéis imaginar que 95 CV con 900 cm³… este motor está muy lleno y responde siempre con decisión a lo largo de toda la curva de par. Son caballos voluntariosos, caballos que siempre están ahí a tu disposición para que te lo pases como un niño. Aquí no hay que “zurrar” la moto por encima de 10.000 vueltas para que la cosa despierte, todo lo contrario.

Es precisamente este nervio y esta “llenura” en la zona media de cuentavueltas lo que hacen que sea muy eficaz y fácil de llevar por tramos virados de curvas lentas y en general puertos de montaña, que al final son las zonas donde te lo pasas bien curveando en la vía pública.

A nivel de parte ciclo, la horquilla invertida KYB es ajustable en precarga y extensión, y las pinzas de freno radiales añaden el toque extra de dinamismo para estas sesiones de curveo sano. Atrás el amortiguador cantilever es el único manchurrón que se le puede poner a nivel dinámico: demasiado “seco” en su respuesta, aunque también es ajustable.

Por lo demás, curvas y diversión aparte, es una moto que se deja llevar sin ningún problema en el día a día. El motor para ciudad tira muy bien y no te exige trabajo con el cambio. Además, al tener acelerador electrónico el tacto del motor está muy logrado pese a ser un bicilíndrico tan “gordo” y no tiene problemas de toses ni traqueteos. En autovía… le pasa lo que a todas las naked… el viento y los elementos se van a poner en tu contra al no contar con protección de ningún tipo.

Estéticamente tiene un diseño armónico y fluido. Se distancia bastante de las típicas líneas rectas, aristas y filos cortantes de las propuestas japonesas. Esta es una moto con curvas y sensualidad. El detalle del bastidor tubular de acero pintado en rojo, así como las tapas de las culatas en el mismo color le dan un toque sport con mucha vidilla.

En cuanto a equipamiento, es un modelo más bien tirando a clásico y sencillo, a los puristas nos encanta. La única concesión al progreso es la pantalla TFT a color de 4,5 pulgadas que la verdad es muy pintona, y el sistema de aviso de sobrerrégimen con la línea de ledes de colores parpadeando, una chulada. Cuenta con control de tracción y ABS de serie. Por lo demás, la iluminación es halógena de la de toda la vida.

La pega que le pongo a esta moto es el consumo. En mi opinión bebe más de la cuenta. Estamos hablando de un bicilíndrico en una naked ligera y manejable. Sus competidoras japonesas de 650 cm³ y 75 CV rondan los 4 litros a los 100 km. Es por eso que los 5,8 l/100 km de la Aprilia Shiver se me antojan demasiados para esos 20 caballitos extra.

Para que nos hagamos una idea, su principal rival, y la moto que acapara el mercado con puño de hierro, la Kawasaki Z 900, con dos cilindros y 30 CV más, consume 5,4 l/100 km. La Aprilia Shiver 900 me gusta más por parte ciclo, por el nervio del motor bicilíndrico y porque sinceramente… no hay una de ellas aparcada en cada esquina, pero este tipo de detalles deberían de estar más pulidos, especialmente tal y como están hoy en día las cosas con el precio de la “sopa”.

Nueva son 7.800 euros. Si tenemos en cuenta que por debajo de ella el trío de japonesas (Yamaha MT-07, Kawasaki Z 650 y Suzuki SV 650) rondan los 7.000 euros con suspensiones y frenos convencionales… la Aprilia no me parece cara en absoluto. De segunda mano hay algunas unidades empezando en unos 6.000 euros, aunque por esa diferencia de precio no sé si merece la pena.

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