Moto del día: Yamaha FFE 350

Moto del día: Yamaha FFE 350

Cuando no encuentras lo que buscas, hazlo tú mismo


Tiempo de lectura: 3 min.

Probablemente muy pocos de vosotros hayáis oído hablar de la Yamaha FFE 350. Eso es probable, pues aunque esta moto lleva motor Yamaha, no ha sido ni diseñada ni construida por los japoneses, sino por un inquieto diseñador californiano llamado Julian Farnam, que ha dotado a la moto de su principal y llamativa característica: la suspensión delantera sin horquilla.

La Yamaha FFE 350 se llama así en primer lugar, porque posee un motor prestado de la Yamaha RZ350. Su apellido, FFE se refiere a su principal característica: forkless front-end o suspensión delantera sin horquilla. Esta maravilla de la ingeniería es producto de Julian Farnam, que estudió Diseño de Transporte en el Centro de Diseño y Arte de California. Desde que estudió allí, ya estaba infectado con el virus de las motos, y particularmente, las que poseían una suspensión delantera sin horquilla, esto es, de brazo basculante, desacoplando dirección y suspensión, al igual que motos como la Yamaha GTS 1000, Motoinno TS3 , Bimota Tesi 1D, Gilera CX o Vyrus 987.

Su proyecto en la Universidad fue una Yamaha Zuma modificada con suspensión delantera sin horquilla denominada Recon

El proyecto FFE 350 lo comenzó en 1990. Tomó el motor de la RZ350 pues era fácilmente accesible y tenía un buen rendimiento. Su motor de dos tiempos y 347 cm3 rendía unos razonables 40 CV a 8.500 rpm, pudiendo alcanzar los 185 km/h de máxima. Suficiente para dotar de deportividad al diseño de Julian.

Posteriormente diseñó y construyó en sus ratos libres el resto de piezas: chasis, horquilla delantera, escape, cableado, carenado, salvo el basculante trasero, tomado prestado de una Yamaha FZR400RR. El sistema de frenos delantero es un tanto especial. Se trata de un doble disco macizo, pero unido a la parte izquierda del buje, donde se ancla el basculante delantero. La pinza es de seis pistones, pero atención, tiene tres pastillas de freno, siendo la central con material de fricción por ambos lados, la que hace de sandwich contra los dos discos macizos y las otras dos pastillas.

Los amortiguadores de ambos trenes son firmados por Fox, el tanque de combustible de la RZ y el colín trasero proveniente de una Ducati 916, convenientemente modificado para encajar con el diseño global. Una peculiaridad de la suspensión delantera es que posee doble brazo basculante anclado al chasis, con el centro de giro a la altura del depósito de combustible, para evitar movimientos parásitos cuando actúa la suspensión. Esto le daba a la moto una estabilidad direccional sin igual, incluso con la suspensión trabajando a pleno rendimiento.

FFE 350 1

Después de siete años de trabajo, la moto estaba finalizada en 1996. Quienes la probaban solamente alababan su fácil conducción y nobleza al girar en apoyo. Lástima que la complejidad de la moto impidiese su llegada a la producción en serie

Julian en vez de lanzarse a producir la FFE 350, fundó la compañía A-N-D dedicada a realizar chasis de competición sobre la Kawasaki EX500, la que denominó AK-1. Se vendían los kit de modificación por 3.250 dólares el básico, y por 4.750 dólares el más completo. La AK-1 compitió en diversas categorías obteniendo algunos éxitos, pero eso no fue suficiente para que la empresa tuviese que cerrar por los escasos ingresos que obtenía.

Finalmente Julian Farnam se dedicó a trabajar para los laboratorios Dolby en San Francisco como ingeniero mecánico, pero sin abandonar el mundo de las dos ruedas y las restauraciones. Sirva la entrada de hoy como homenaje, no solo a Julian Farnam, sino a todos aquellos emprendedores que se embarcan en una nueva aventura para hacer su sueño realidad y poseen el verdadero espíritu RACER.

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Sobre mí

Pablo Mayo

Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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