La Yamaha TDR 250 –también había una TDR 240 para Francia–, aparecida en 1987, está considerada como la primera Supermotard de producción. Cuando la firma nipona puso este modelo en circulación, el Supermotard hacía mención a un tipo de competición mixto, tierra asfalto, en la que se usaban motos de cross con neumáticos mixtos, suspensiones, en ocasiones, ligeramente adaptadas y frenos más adecuados para las nuevas exigencias.
A simple vista, la TDR 250 no encaja en esa descripción ni en la idea que se tenía en los 80 de Supermotard. Está más cerca de lo que hoy entendemos como una trail asfáltica, aunque tampoco encaja al 100% en dicho concepto. Se podría decir que la TDR 250 era una moto pensada, casi en exclusiva, para ser divertida, un juguete para mayores más que un medio de transporte.
Yamaha comenzó con el desarrollo de esta moto en 1985, con el objetivo de crear una motocicleta versátil y divertida, que rompiera con la producción de motos deportivas de la época. Al final, el apartado deportivo tenía mayor peso que la versatilidad, aunque, según se contó en su momento, se usaron cuatro motos muy dispares como fuente de información e inspiración: la TZR 250, la RD 250, la Yamaha DTR 200 y la XT 225. Estudiaron cada uno de estos modelos en diferentes terrenos, para conservar puntos fuertes de cada uno. Sirva de ejemplo que los ingenieros llegaron a probar la TZR en tierra y la XT en circuito…

Así nació la Yamaha TDR 250, un concepto de moto que llegó a su máximo apogeo con la Yamaha TDM 900. El chasis era una estructura casi al 100% para carretera, un doble cuna inspirado en el chasis de la Yamaha RD 250, equipado con una horquilla de barras largas pero recorrido corto. Los frenos destacan por la pinza delantera de cuatro pistones y su rotor de 320 milímetros.
Para el motor se probaron varias ideas, pero se optó por el usado en la Yamaha TZR, que tenía 240 centímetros cúbicos para Francia y 250 centímetros cúbicos para el resto del mundo. Tenía dos cilindros en línea, dos tiempos, 239 centímetros cúbicos y podía generar 44 CV a 10.000 revoluciones, así como 3,70 mkg a 9.600 revoluciones. En el resto del mundo hacía uso de un dos cilindros, también dos tiempos, con 249 centímetros cúbicos, válvula YPVS –válvula de escape de Yamaha para motores dos tiempos– con 50 CV.
La reacción del público a su presentación fue bastante buena y en Europa se ganó una fama notable, de hecho, hoy día es todo un icono. Fabricada entre 1987 y 1993, nunca se vendió en España.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.Me encanta esta “locura”, hoy en día las poquitas que hay muy cotizadas, pero una moto que entraría en mi garaje soñado. Como bien dices el olor de las 2T no tiene comparación, cada vez que arranco mi Aprilia en en garaje ,se crea una “atmósfera” que mola jejeje.
Además, llevarte parte de esa atmósfera impregnada de tu montura en tu ropa es como una especie de trofeo. 😛 😛