La Honda CT 90 Trail es una de esas motos míticas y encomiables del fabricante japonés. Estamos ante un modelo alegre, simpático y de baja cilindrada que se diseñó como moto de rutina, pero también como moto de campo capaz pasar por terrenos complicados y con una relativa buena capacidad offroad.
El modelo vio la luz en 1966 y en esencia era una modificación o derivación preparada para el campo de la Honda Super Cub, la moto más vendida de la Historia. Con la Cub Honda había llevado a la máxima expresión el concepto de commuter, de moto práctica para el día a día.
Llegados a ese punto, los japoneses pensaron en una versión basada en este modelo, pero con un aire más recreativo, campero y polivalente. Una especie de moto de fin de semana, de dar paseos por la naturaleza y de hacer pequeñas excursiones a lo “salvaje”.
Pero la idea no era nueva, la Honda CT 90 Trail vino a sustituir a la Honda CT 200 Trail 90, que en esencia era la misma moto, pero con un vetusto motor OHV con culata de hierro y árbol de levas lateral, un modelo que llevaba a la venta desde 1964.
En el 66 los japoneses tenían lista su nueva mecánica OHC, con el árbol de levas integrado en una modernísima culata de aluminio y decidieron renombrar el modelo como Honda CT 90 Trail. Por cierto, lo de CT viene de Cub Trail.
Huelga decir que este esquema mecánico de aquella CT 90 Trail se seguiría empleando durante décadas y décadas hasta la actualidad, en un sinfín de modelos. La mecánica que montan las Honda Wave, Honda Innova o la novísima Honda Super Cub 125 C siguen en esencia el mismo diseño de aquella mecánica con sus sucesivas actualizaciones y mejoras, siendo la más importante quizá la incorporación de la inyección electrónica de combustible allá por 2007.
Hablando del motor, era el típico monocilíndrico de aire dispuesto en posición horizontal, con dos válvulas en cabeza y caja de cambios semiautomática con embrague centrífugo de cuatro velocidades, más la neutra. La potencia no iba a asustar a nadie ya que eran solo 6,5 caballos, aunque la moto tenía un truco para subir hasta las pendientes más inclinadas.
Durante sus dos primeros años de vida, la Honda CT 90 Trail venía con dos coronas en la rueda trasera, una grande y una pequeña. El conductor podía parar la moto y cambiar la cadena de una corona a otra para así tener otras cuatro velocidades cortas, ideales para campo.
Por el contrario, si ponía la corona pequeña tenía cuatro relaciones largas para salir a carretera, donde la velocidad máxima podía rondar los 85 km/h. El inconveniente es que al ser las coronas de diferente tamaño, había que cortar la cadena y empalmarla un retal o quitarlo en caso de que quisiéramos cambiar de una a otra. Una lata, vaya.
En 1967 llegó la primera modificación importante del modelo. Se abandonó el sistema de doble corona y se le incorporó a la mecánica una subcaja de trasmisión. En la fotografía superior se puede ver un segundo “bulbo” en el motor después de la tapa de embrague que alberga los engranajes de la reductora.
A mayores de las cuatro velocidades que tenía la moto, el conductor podía seleccionar con una leva si quería las relaciones normales o si quería meter la reductora para desmultiplicar la salida del piñón de ataque. Este cambio solo podía hacerse en punto muerto y con la motocicleta parada.
Gracias a estos ingeniosos sistemas, la moto tenía ocho velocidades, y mucha fuerza en las más cortas, por lo que era capaz de subir por pendientes increíblemente inclinadas pese a sus pequeño motor y escasa potencia.
La dotación para la práctica del offroad se componía de unas ruedas de tacos más anchas que las de la Honda Cub. También contaba con un escape elevado que discurría por el lateral derecho de la moto. La toma de admisión y el filtro de aire en los primeros modelos es esa caja cuadra que se puede ver detrás de la pipa de dirección encima del chasis.
Estos dos cambios le otorgaban a la moto una cierta capacidad de vadeo, ya que la toma y salida de aire se ubicaban bien lejos del suelo. Por lo demás, perdía el escudo frontal de la Cub. Esto implicaba una menor protección aerodinámica, pero sin duda más manejabilidad en campo y en zonas estrechas.
En 1969 la moto sufrió algunos cambios de importancia. Se abandonaba el bastidor de la Cub y pasaba a tener un chasis diseñado ex profeso para ella. La principal mejorar era la adopción de una horquilla telescópica con mayor recorrido y absorción de baches que el sistema cantiléver que montaba el modelo precedente.
También se modificó es sistema de admisión. El airbox antes mencionado pasaba a ubicarse en el lateral izquierdo, protegido por una cubierta de plástico y con la entrada de aire a la altura de la parrilla de carga trasera. Se retrasaba también la ubicación del carburador para protegerlo un poco, ya que en el frontal justo encima del motor y estaba demasiado expuesto.
Con el tiempo irían viniendo otras mejoras de índole menor aquí y allá, como la adopción de luces intermitentes o un sistema de plegado para el manillar que permitía que la moto pudiera almacenarse o trasportarse fácilmente al no ocupar casi espacio.
El modelo se descontinuó en 1979, cuando fue sustituido por la Honda CT 110 Trail, en esencia el mismo concepto de moto, pero adaptado a los nuevos tiempos con una revisión estética y con un motor más grande. En resumidas cuentas, estamos ante un concepto diferente, un modelo atípico y con una vertiente lúdica muy potente, pero a la vez económica y práctica. Una moto que encajaba perfectamente en urbanizaciones del extrarradio, pueblos y en el campo, tanto por su vertiente recreativa como por su faceta de commuter rural.
Es una pena que nunca llegara a España, ya que por aquella época ver Hondas por aquí era un exotismo. Aquí teníamos el Vespino patrio en sus diferentes iteraciones y evoluciones, una moto que también se defendía con gran dignidad en la España rural, pero cuya ingeniería, más que nos pese, estaba años luz por detrás de la del modelo japonés.
El espíritu de las Honda CT siguió su camino con mayor o menor importancia durante las siguientes décadas y fruto de él pudimos ver algunas creaciones interesantes basadas en un filosofía similar, como la Honda CT 50 Motra. Y no queda ahí la cosa. Recientemente los japoneses han presentado la Honda CT 125, un remake de la saga con tecnología moderna, todo el sabor nostálgico de las primeras y sin perder un ápice de su funcionalidad y su capacidad de uso.
Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.COMENTARIOS