El próximo 9 de diciembre, Ducati dará a conocer su novedad más importante del año. Y no, no es un “PanIntegral” más deportivo. Tampoco es un “Monstruo“. Ni siquiera una “Multi Lastrada“. Los de Borgo Panigale nos sorprenderán llevando a la realidad un prototipo dado a conocer a finales de 2019, y que atiende al nombre de Cagiva Elefant Ducati DesertX. Ojo que promete, pues entra en el selecto club de las trail de verdad: las de la llanta delantera de 21″, y que cada vez tiene más oferta y adeptos.

La Ducati DesertX tiene un planteamiento similar a la Aprilia Tuareg 660. Además de la llanta delantera de diámetro generoso, cuenta con un motor bicilíndrico, 95 CV de potencia (no confirmados) y una puesta a punto pensada para divertirte como un enano lejos del asfalto. La carretera será simplemente el nexo de unión entre una fun zone y la siguiente.

Pero empecemos por el principio. ¿De dónde surge esta Ducati DesertX (léase desertcross)? Pues tenemos que coger la máquina del tiempo y trasladarnos hasta finales de octubre de 2019. Justo cuando estábamos pendientes del último Salón de Tokio celebrado hasta el momento, y preparándonos para la llegada del Salón EICMA de Milán 2019, Ducati decidió dar a conocer las novedades de ese año. Y además de las motos que iban a llegar a las calles en 2020, mostró dos prototipos denominados Ducati Scrambler Desert X (por aquel entonces con la “X” separada) y Ducati Scrabler Motard.

Como habréis adivinado por el nombre, se trataba de dos motos creadas a partir de la Scrambler Desert Sled. La Motard apostaba por un concepto supermotard, con llantas de 17″, depósito alargado y pinta de ir sobre ella siempre al ataque. Como una Hypermotard pero cabreada. Por otro lado, la Desert X se iba a la búsqueda de un modelo trail de la vieja escuela, con una decoración que recordaba a la Elefant de Lucky Strike y una orientación muy dakariana.

Ducati solo presentó unos diseños, pero unos días después y ya en Milán, levantó una sábana y allí estaban en carne y hueso acero y plástico. Eran prototipos, sí, pero se podían tocar. Obviamente la Motard era difícil que llegar a producción, pero la Desert X… ¡Podría hacerlo perfectamente! Frontal bifaro, depósito monolítico, colín monoplaza de formas imposibles, Termignoni apuntando al cielo, horquilla dorada, etc. Un modelo de aspecto retro, precioso estéticamente (luego nos acordamos de él con la Husqvarna Norden 901), y que nos hizo tener sueños pecaminosos.

Y después de ese noviembre de 2019 no hubo nada más, solo silencio. Pero ahora los de Borgo Panigale avisan de su Ducati World Première 2022 (desde el 30 de septiembre, una novedad cada 15 días), y el último de ellos (9 de diciembre) darán a conocer la Ducati DesertX.

Lo bueno es que no nos han dejado intrigados con cómo va a ser, porque han publicado un par de fotos. Y lo que es mejor, unas pinceladas de la parte técnica. Para empezar han descartado usar la base Scrambler (motor y chasis). Ni rastro del motor de 800 cc de aire. En su lugar, el V2 Testastretta de 937 cc con refrigeración líquida que monta la Ducati Multistrada 950, Supersport 950, Hypermotard 950 o la última Ducati Monster.

Este motor desarrolla en la Monster (por tomar como referencia la última lanzada), una potencia máxima de 111 CV a 9.250 vueltas y un par máximo de 93 Nm a 6.500 RPM, pero con la opción de una versión de 70 kW (96 CV) limitable a 35 kW (48 CV) para el A2. Como en el caso de la Tuareg 660, que deriva de la más potente Aprilia RS 660 (puedes leer aquí nuestra prueba), Ducati seguramente opte por capar la potencia y que ya ofrezca 95 CV como máximo, evitando así una doble homologación y haciendo que gane respuesta en medios y bajos.

Ducati anuncia así mismo que el chasis será completamente nuevo, para adaptarse así a la llanta delantera de 21″. La duda es si será “nuevo-nuevo” o “nuevo” a partir del que usan en la propia Multistrada 950, pues podría servir perfectamente dado que tiene una orientación similar. Y todo ello, según dicen, para ofrecer “excelentes capacidades todoterreno“. Lo cierto es que no pinta nada mal. Una pena que la denominación Elefant le pertenezca a Cagiva. Hubiese sido algo bonito.

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