Cuando apareció en 1968, la DT-1 sintetizó a la perfección lo que estaba pidiendo una buena parte de la juventud estadounidense con ganas de iniciarse al Motocross.
La llegada a los concesionarios de la YZ M250 en 1975 puso a disposición de los piloto-cliente el laureado sistema de amortiguación trasera puesto en práctica por Yamaha durante el Mundial de dos años antes.