A comienzos de los años sesenta, muy pronto respecto a otros fabricantes, Yamaha desarrolló el sistema Autolube para la mezcla automática en sus modelos de dos tiempos.
Aunque se tuvo que desechar por falta de tiempo para el desarrollo, este elemento nos da más argumentos a favor del gran ingenio de Eduard Giró sobre la 250 Monocasco.
Las necesidades publicitarias en el mercado californiano exigieron el estreno de Yamaha en las carreras, siendo el GP de Santa Catalina en 1958 su estreno internacional.
Justo cuando todo apuntaba a la victoria de Santiago Herrero en el Mundial de 1970, llegó un accidente mortal con el cual también se puso fin a la historia de la OSSA 250 Monocasco