Cuando apareció en 1968, la DT-1 sintetizó a la perfección lo que estaba pidiendo una buena parte de la juventud estadounidense con ganas de iniciarse al Motocross.
La llegada a los concesionarios de la YZ M250 en 1975 puso a disposición de los piloto-cliente el laureado sistema de amortiguación trasera puesto en práctica por Yamaha durante el Mundial de dos años antes.
Durante los años treinta el dominio de las máquinas británicas en los segmentos más ligeros se empezó a deteriorar. Eso sí, antes de ello llegaron diseños como el de la New Imperial Model 30.
A pesar de todo lo que ocurrió a finales de los cincuenta, Montesa regresó a la competición por la puerta grande gracias a sus Impala en Montjuïc 1963.
Con el tiempo, este prototipo no sólo hay que verlo como una respuesta a la Sherpa T de Bultaco, sino también como otra muestra de la versatilidad de la Impala.