Cuando apareció en 1966 la Gilera 124 5V ofreció la posibilidad de competir ocasionalmente en el Enduro sin renunciar por ello a una motocicleta apta para el día a día sobre el asfalto.
Aunque recurría a la estética clásica de las primeras YD, la YD125 de 1989 no continuó con la marcada identidad mecánica de sus antecesoras en la misma saga.