Creada para dominar la Fórmula 750, la TZ 750 resultó ser una de las motocicletas más decisivas en la evolución de las máquinas enfocadas a la velocidad.
La llegada a los concesionarios de la YZ M250 en 1975 puso a disposición de los piloto-cliente el laureado sistema de amortiguación trasera puesto en práctica por Yamaha durante el Mundial de dos años antes.
A pesar de todo lo que ocurrió a finales de los cincuenta, Montesa regresó a la competición por la puerta grande gracias a sus Impala en Montjuïc 1963.